Propietarios de clubes y promotores no quieren invertir en promoción
Por Agustín de la Cruz (Sugar).New York, (SL) -Los tiempos han cambiado y hoy en día a la hora de promocionar un evento, bienes y/o servicios tenemos que saber que a las vías tradicionales como “Radio, TV, afiches, etc”, tenemos que agregarle el Internet.
Esta última herramienta, se ha convertido en una de las más poderosas y de menos inversión, pero bajo ningún concepto se puede afirmar que en la actualidad haya podido reemplazar a ninguna de las anteriores.
Lamentablemente, está falsa creencia ha motivado dentro del mundo del espectáculo y entretenimiento, a que propietarios de clubes y promotores se recuesten de las redes sociales, portales, correos electrónicos y todas vía cibernética, como única y efectiva herramienta de mercadeo.
Por tal razón, presionan para que el artista y su entorno se involucren en la promoción, subiendo el flayer del evento a sus redes sociales, pero de igual manera lo deben hacer los empleados del establecimiento, específicamente esas mujeronas que plasman en su perfil unas imágenes tipo saca ojos, capaces de acumular millones de ciber-seguidores.
Algunos establecimientos se promueven en las redes, a través de figuras de la radio y la televisión, dando por hecho que le están llegando al foco de público que hace vida nocturna.
Además, utilizan los servicios, de unos “cometas fenómenos” quienes se hacen populares a través de videos y frases graciosas, quienes acumulan miles de likes y/o views, pero de los que apenas un porcentaje mínimo se convierten en convocatoria.
Nosotros como juez y parte de esta realidad, no podemos mentir, asegurando que el Internet ha sustituido a los demás medios tradicionales de comunicación, somos parte importante dentro del conglomerado, una realidad todavía en crecimiento.
El fracaso en términos económicos, de la mayoría de giras y presentaciones de este año, se le debe entre otras cosas a la falta de presupuesto para la promoción de las fiestas, malestar que se refleja en la falta público, muy a pesar de la sobre-valuación de los artistas, quienes en la puerta no son capaces de general, ni el 40% de lo que cobran, pero eso es tela para otra tijera.
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