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El Elíseo celebra hoy el cumpleaños de su Primera Dama. Tal día como hoy, hace 42 años, nacía Carla Bruni en Turín, en el seno de una familia de la alta sociedad italiana.
No se podía prever que aquella niña inquieta y despierta se convertiría en una de las modelos más cotizadas del mundo, en artista y cantante y, más aún, en Primera Dama de Francia.
A los 19 años, Carla irrumpió con fuerza en el mundo de la moda y consiguió hacerse un nombre propio en el exclusivo club de las «tops»: un fenómeno que surgió en los 90 y que desde entonces no se ha vuelto a repetir.

Conquistada la cumbre de su carrera, Carla decidió dedicarse a la música, lanzó tres discos (uno de ellos desde Palacio), en 2001 tuvo un hijo, Aurélien, con el filósofo Raphael Enthoven, y en el momento más inesperado, apareció en unas fotografías muy personasles con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en Eurodisney.

Fue en ese momento cuando Carla batió sus propios récords de popularidad, y tras un fugaz romance, contrajo matrimonio con Sarkozy en uns discreta ceremonia en Palacio. Se convertía así en Primera Dama de Francia. Madame Sarkozy es consciente de la irremisible atracción que sienten hacia ella los medios de comunicación y en este tiempo se ha afanado en representar a la perfecta Primera Dama francesa. Ha logrado crear un estilo propio (muy comparado con el de Jackie O.), confía plenamente en las maisons francesas (como Dior o Yves Saint Laurent), y viste siempre impeclable para mostrar al mundo ese allure tan francés: nunca una italiana lo había personificado tan a la perfección. Compromiso, solidaridad y tolerancia. Estos tres son los nuevos pilares de su nueva vida pública. Pero ante todo, Carla es una mujer enamorada.