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A decir verdad, los partidos se burlan de los ciudadanos. Por ejemplo, si hablamos de salarios de funcionarios, regidores, síndicos, diputados y senadores, percibimos la desigualdad y los privilegios de los ingresos de esos señores que con sus ingresos se colocan por encima de infelices servidores del estado que devengan sueldos míseros y subsisten en medio de precariedades. De ahí que la abstención sea mayor en cada proceso eleccionario. Peledeístas, perredeístas y reformistas se han burlado de los electores con sus salarios. Los diputados ganan 342,568.00 mensuales, en adición a dietas por sesión, combustible para sus vehículos y otros gastos. Además, al juramentarse reciben dos exoneraciones abiertas que en la mayoría de los casos venden al mejor postor. Tienen pasaporte diplomático y el Banco de Reservas les faciltia préstamos. Sencillamente, no hay moral para negarle un salario decente e médicos, odontólogos, bioanalistas, enfermeras y simples servidores públicos.