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Ni las radiodifusoras propiedad del Estado escapan a la famosa payola. Se dice en los mentideros de la farándula que hasta programadores ded estaciones oficiales reciben sus "regalitos" de disqueros para que den luz verde a determinadas canciones.

Hay quienes se molestan cuando a esas dádivas se les identifica como payola, prefieren que las califiquen de "promoción". Producto de la distribución de "grasa", entiéndase cuartos, es que frecuentemente se escuchan en la radio canciones insulsas, algunas rayan en vulgaridad.

Prevalece el signo de pesos-con las excepciones de la regla-, de ahí que el tenga dinero sonará sin importar la calidad literaria ni si posee condiciones histriónicas. Por eso es que tenemos tanta música "basura" en muchas emisoras.