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Miles de ciudadanos residentes en barrios y urbanizaciones de Santo Domingo Norte, frente a la ineficicacia del transporte público, esperan ansiosos el inicio de las operaciones del Metro de Santo Domingo que cubrirá la ruta Villa Mella-Centro de los Héroes. Quien desee comprobar el caos del transporte público, só debe visitar Villa Mella en las horas pico.

Entre 7 y 9 de la mañana, por ejemplo, la mayoría de los conchos cortan la ruta, sólo llegan hasta la entrada de Guaricanos o la urbanización Máximo Gómez, viéndose centenares de usuarios obligados a aceptar el chantaje y pagar dos pasajes en vez de uno para llegar a tiempo a centros de trabajo o estudios.

Lo mismo ocurre entre 5 y 9 de la noche. A esa hora los "pobres" obreros del volante en vez de cubrir la ruta Ovando-Rotonda, no pasan de Cerros de Buena Vista, El Edén, Primaveral o la Charles de Gaulle, por lo que pasajeros cansados tras una jornada agotadora no tienen más remedio que pagar dos veces en vez de una para llegar temprano a sus hogares.

Otros, por sus limitados ingresos, se ven precisados a transportarse en los minibuses que la gente bautizó como "voladoras" por la forma temeraria en que frecuentemente los conducen sus choferes. Se trata de una pela pues si el vehículo tiene capacidad para 30 pasajeros, suben hasta sesenta.

A esto agréguele el lenguaje soez que utilizan muchos cobradores con damas, a quienes faltan el respeto como si nada. A decir verdad, aunque el Metro cueste una millonada con la que se podrían construir muchos hospitales y centros de eneñanza y al margen de la búsqueda de sus constructores, las obras quedan y el Metro representará una solución asequible a las mayorías que podrán arribar a sus hogares, centros de trabajo o estudios sin el mal olor del sudor y a bajo costo.