martes, 9 de septiembre de 2008 9:13 By Augusto Socìas
Las lluvias que cayeron en los dos últimos días dejaron cuantiosos daños en carreteras, caminos vecinales, puentes, sembradíos y viviendas, principalmente en la zona metropolitana, San José de Ocoa, Baoruco, Azua, Barahona, San Juan, Cotuí y Villa Altagracia. Según el último informe del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), más de 16 mil personas fueron desplazadas de sus hogares en todo el país. Poco más de cuatro mil están ubicadas en refugios y el resto donde amigos y familiares.En San José de Ocoa, colapsaron puentes y algunas comunidades quedaron aisladas. En Baoruco, el tramo carretero Villa Jaragua-Neiba fue destruido. Aquí cinco poblados quedaron aislados. En Padre Las Casas, en Azua, unas seis mil personas siguen incomunicadas en Las Lagunas, La Sombra, Guayabal y La Meseta, debido a la crecida de los ríos La Cueva y En Medio. En Santo Domingo, la desesperación cunde entre cientos de residentes en La Barquita, una barriada localizada a orillas del río Ozama. Muchas viviendas están inundadas.
SAN JOSE DE OCOA. Esta provincia se encontraba ayer con casi todos los puentes colapsados, varias comunidades incomunicadas a causa de ello, otras inundadas y daños indeterminados aún en la agricultura.La situación más grave fue la rotura de los aproches del puente sobre el río Ocoa, la tarde del domingo, que cortó el tránsito vehicular desde la región Sur hacia la capital. Estos son algunos de los daños provocados por la tormenta Hanna, que pasó por el país la semana pasada, y las lluvias del huracán Ike, la madrugada del domingo.
Cuando las autoridades no habían terminado de reparar los aproches del puente sobre el arroyo Bahía, en Galeón, Baní, fueron avisadas de que debían dirigirse al Cruce de Ocoa, contiguo a la provincia de Azua, a rehabilitar otra estructura que el río de aquí socavó. El director regional de Obras Públicas, ingeniero Cornelio García, dijo que tuvieron que realizar un trabajo de urgencia con unos 50 camiones de piedra, arena y hormigón para contener las aguas desbordadas del río que destruía todo a su paso por pueblos, campos, puentes, calles y caminos vecinales.El tránsito vehícular permanecía parcialmente interrumpido ayer en el Cruce de Ocoa, debido a la cantidad de equipos pesados con que se reparaba la vieja estructura. Residentes en la zona, como Mercedes y Nalis Lara, expresaron que hace tiempo que la estructura amenazaba con desplomarse.Alrededor de cuatro de los nueve puentes a lo largo de la carretera que conduce a Ocoa sufrieron deterioros. En la localidad de Ranchito, el arroyo Aventurero destruyó un tramo de la carretera. Los pobladores tardaron horas sin poder cruzar la vía. Un poco más arriba de Ranchito, el arroyo Blanco hizo temblar a adultos y niños cuando se salió de su cauce y se desparramó por una amplia zona del territorio. El peligro más inminente se presentó en el sector El Limón, donde los frecuentes derrumbes de las lomas obligaron a suspender el paso en distintos lugares. Las lomas descargan agua continuamente, lo que produce deslizamientos de tierra. Residentes en el centro de Ocoa llaman “catástrofe” a la situación provocada por las lluvias
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