La otra cara de la moneda: viven en farallones
domingo, 31 de agosto de 2008 9:39 By Augusto Socìas
Farallones en igual o peor condición donde murieron ocho personas en La Ciénaga-Guachupita, tras elpaso de la tormenta Gustav, mantienen en peligro la vida de cientos de familias pobres a las que la marcada exclusión social ha empujado hasta el borde del precipicio.
Sólo en la zona de Jarro Sucio, donde ayer todavía los vecinos lamentaban la tragedia, hay alrededor de 200 viviendas ubicadas en despeñaderos.
Y en la calle La Marina, de La Ciénaga, donde tras el paso de la tormenta Noel, murieron los hermanos Ronny y Johnny Rodríguez, aún permanecen familias como las de Juan Belveré, de 64 años, quien fue testigo de esa tragedia.
“Uno vive nervioso aquí. Yo soy maestro constructor y he reforzado con concreto armado la casita, pero el día que ese peñón diga voy pa’ bajo aquí mismito vamos a quedar porque no tenemos a donde ir”, indicó mientras señalaba una enorme roca ubicada sobre la paupérrima vivienda.
Explicó que en innúmeras ocasiones se han acercado a censarlos para reubicarlos, pero al cabo de un tiempo todo sigue igual y nadie regresa.
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