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Nace la OFICINA DE CONTROL JUDICIAL del Presidente 

Nueva York, .-Hace un par de siglos, nuestros antepasados, llenos de orgullo y valentía, de enervamiento social, con ruanas de abrigo y alpargatas y caballos, se juntaron a luchar por nuestra independencia, para así terminar con la opresión, la imposición de leyes absurdas y el exceso de impuestos. Después de varias batallas, se logró la libertad para nuestra nación, y así llegaría la implementación de instituciones independientes para garantizar la eliminación de la tiranía para abrirle las puertas a la Democracia.

Lejos de esas épocas, pero al parecer sobre el mismo yugo, hoy los colombianos estamos sufriendo de los mismos males, de los que al parecer, nunca hemos salido desde la invasión española. El ansia del gobierno de turno tiene por objetivo acaparar la fuera política y convertirse a como dé lugar un rey todopoderoso, capaz de mandar sobre la vida, bienes y futuro de sus subordinados, es decir, nosotros “El Pueblo”, quien lo puso para que gobernara.

Pro ayer como hoy, tenemos a un Presidente que lejos de ser un Santo parece ser que quiere revivir aquellas épocas españolas, pues ahora recién inicia su segundo mandato presidencial presenta un proyecto de reforma legal, que bajo la máscara de cambiar y delinear los límites de los poderes públicos, denominada “equilibrio de poderes”, que más allá de lo dicho por el gobierno, a nuestra modo de ver, elimina la división de poderes creada con nuestra independencia, pues crea un máximo órgano de vigilancia que investigará al Procurador, Defensor del Pueblo, Contralor, Magistrados de la Corte Suprema, la Corte Constitucional, el Consejo de Estado y Fiscal General de la Nación, denominada Tribunal de Aforados, que lejos de ser autónomo será subordinado, pues los primeros miembros serán nombrados por el señor Presidente de la República. Prácticamente, tendremos un Presidente que no solo gobernará, sino que también juzgará y controlará, rompiendo el “tal equilibrio de poderes”.

Si se puede entender, como la efectuó el Consejo de Estado y representado para éste debate por el magistrado Velilla , lo que pretende es que el Presidente ejerza un poder directo investigativo sobre la Rama Judicial, y sobre los otros funcionarios que representan las entidades que ejercen el contrapeso de las decisiones de Gobierno eliminando cualquier tipo de control, con lo que se crea un tribunal para investigar a aquellos funcionarios que no estén de acuerdo con las políticas públicas, o critiquen al gobierno, como ocurre actualmente con el valiente Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez.

Este efecto perverso o siniestro de eliminar la contradicción, y los poderes que ejercen los órganos de control del actuar del gobierno nos está convirtiendo en una “Democracia Dictatorial” que ha sido tendencia en nuestra región, con la que no comulgamos, pues desde los inicios de los principios democráticos, tal como lo dijo uno de los sabios griegos (el ateniense Solón), y reforzado con las políticas públicas sostenidas en el último discurso por John F. Kennedy (los hombres serán como han nacido, libres e independientes), los gobernantes, y las entidades públicas, deben estar destinadas a buscar la felicidad de sus ciudadanos, y no a la búsqueda de intereses propios, que pretenden cumplir los sueños de eternizar el poder público.


Este parece ser un boomerang legislativo, pues si bien el día de hoy, y durante el último gobierno nuestro presidente Santos puede entrar a dominar y doblegar a la rama judicial, contraloría y procuraduría, y sacar por dictadura su proceso en la habana pero esto no será eterno, pues en algunos años ese mismo poder se vendrá en su contra ante el inminente cambio de partido político dominante, donde el nuevo gobierno utilizará todas estas nuevas herramientas en contra de su creador, buscando, como se ha efectuado, un exterminio judicial del contradictor u oposición.

Para asombro de muchos pero probablemente prevenir una guerrilla y un presidente perseguido, ahora tenemos que el Presiente Santos ha terminado con su relación con el actual Vicepresidente, Germán Vargas Lleras, quitándole su apoyo para ser sucedido en las próximas elecciones, pues se viene diciendo a algunos círculos secretos, ahora públicos, que el próximo sucesor será nuestro actual Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, el cual se ha perfilado como uno de los políticos con mayor apoyo y aceptación en la situación sociológica en al que se encontrará el país en unos años ante la firma del proceso de paz con las FARC, donde lo más probable es la elección de un gobierno de izquierda, basado en la fuerza política del nuevo movimiento político guerrillero con mucho dinero legalizado como bien lo ha denominado las2orillas cuando lo denominado el “Presidente del Postconflicto” . Pero esta clase de movimientos no es nuevo, ya Petro ha mostrado su apoyo al Presidente, cuando en época de la reelección 18 de sus funcionarios renunciaron para apoyar a Santos en su campaña y así garantizaba su término completo en la Alcaldía de Bogotá.