Billie Holiday, cien años de la voz más especial del jazz
lunes, 6 de abril de 2015 13:13 By Augusto Socìas
Billie Holiday tenía una voz tan ronca y
especial que no necesitó de ningún aprendizaje para dominar con
facilidad los complicados giros del jazz y ofreció unas interpretaciones
tan intensas que cuando se cumplen cien años de su nacimiento, sigue
siendo la número uno.
Una voz privilegiada y una vida
errática, con una madre que la tuvo con apenas 13 años, un marido
maltratador y una adicción al alcohol y la heroína que la llevó a morir
arruinada y sola, en la cama de un hospital y bajo arresto domiciliario,
con tan solo 44 años, en 1959.
Pero pese al tiempo pasado y a
lo corta de su vida y carrera, la cantante es recordada hoy y aclamada
como una de las más grandes, lo que se refleja en diversos homenajes,
principalmente en Nueva York, la ciudad que la acogió y en la que
desarrolló toda su carrera.
El mítico Teatro Apolo de Harlem
la incluirá hoy en su Paseo de la Fama, en el que ya están Ella
Fitzgerald, James Brown, Gladys Knight & the Pips, Etta James o
Louis Armstrong.
"Su voz y su presencia se introdujeron en la
cultura popular, lo que le llevó a ser la cantante más influyente del
jazz de su época y una de las vocalistas más apreciadas del siglo",
afirma el productor ejecutivo del Apolo, Mikki Shepard, en un comunicado
en la web del teatro.
Además, la cantante Casandra Wilson
lanzará mañana su nuevo disco, "Coming Forth By Day", en el que realiza
un homenaje a "la belleza, el poder y el genio de Billie Holiday" con la
grabación de 11 de sus canciones, y un nuevo tema, "Last Song (For
Lester)".
El Lincoln Center neoyorquino ha programado dos
conciertos en los que Cécile McLorin Salvant cantará a Billie Holiday y
del 7 al 10 de abril se celebrará en "Billie Holiday Festival" en
diversas salas de Nueva York.
Citas con las que el mundo de la
música quiere recordar a una de las cantantes más influyentes, que supo
hacer de su voz uno de los instrumentos más precisos y eficaces, como
ha recordado Wynton Marsalis en una entrevista en la revista "Life" en
la que reconoce que, cuando tenía 24 años, se pasó un año escuchando,
cada día, todas y cada una de las canciones grabadas por Holiday.
Una cantante nacida como Eleanora Fagan en Filadelfia el 7 de abril
de 1915, en condiciones que ya fueron complicadas. Era hija de Sarah
Julia "Sadie" Fagan y Clarence Holiday, que tenían tan solo 13 y 16
años, respectivamente.
Criada hasta los diez años por su tía
Eva Miller -medio hermana de su madre-, estuvo a punto de ser violada
por un vecino, pasó algunas temporadas en un reformatorio y viajaba de
forma intermitente con su madre, que no tenía un trabajo fijo.
A los 14 años se reunió con su madre en Harlem y comenzó a ejercer la
prostitución hasta que fue detenida y encarcelada durante cuatro meses.
Tras esa estancia en la cárcel comenzó a cantar profesionalmente junto a
un vecino, el saxofonista Kenneth Hollan.
Ya con el nombre de
Billie Holiday -en homenaje a su padre, guitarrista-, empezó a
deslumbrar con una voz que no había educado y que había formado a su
manera, realizando imitaciones de cantantes como Louis Armstrong o
Bessie Smith.
"No creo que cante. Me siento como si tocara el
claxon. Intento improvisar como Les Young, como Louis Armstrong o
cualquier otro al que admire. Lo que sale es lo que siento. Odio
simplemente cantar. Tengo que cambiar el tono para adaptarlo a mi forma
de hacerlo", afirmaba Holiday cuando le preguntaban por su estilo.
Un estilo rompedor y sofisticado, una forma especial de frasear y una
entonación profunda que se diferenciaba inmediatamente del tradicional
jazz que imperaba en la época.
Su primera grabación fue en 1933 -"Your Mother's Son-in-Law"- gracias al impulso del entonces poco conocido Benny Goodman.
Poco a poco fue ganando prestigio en el mundo del jazz y el punto
culminante de sus inicios fue la serie de grabaciones que realizó junto
al saxofonista Lester Young, que la bautizó como "Lady Day", y que se
convirtió en uno de sus mejores amigos.
Pero fue su
interpretación de "Strange Fruit", la historia del linchamiento de un
negro y una dura condena del racismo que aún imperaba en Estados Unidos,
la que le dio una enorme popularidad en 1939 y marcó un antes y un
después de su carrera.
"God Bless the Child", "Trav'lin'
Light", "Gloomy Sunday", "Lover Man", "Summertime", "I'll be seeing
you", "Crazy he calls me", "Body and Soul" son algunos de los títulos
que se hicieron míticos con su voz.
Grabó más de un centenar
de temas profundos, hipnóticos y cautivadores que siguen manteniendo su
vigencia en la actualidad, al igual que su imagen, anclada en el blanco y
negro, con su sonrisa melancólica y la eterna gardenia blanca que
adornaba su pelo. (EFE).
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