Lady Gaga, una improbable e impecable fraulein María en los Óscar
lunes, 23 de febrero de 2015 9:20 By Augusto Socìas
Los Ángeles (EE.UU.), (EFE).-La
excéntrica Lady Gaga fue la arriesgada opción de la Academia de
Hollywood para homenajear a la película "The Sound of Music" en su 50
aniversario, lo que se tradujo en una interpretación vocal impecable
pero un "look" que combinó el vestido de princesa con los tatuajes y las
pelucas.
La cantante de "Poker Face" descolocó en la alfombra
roja al aparecer con unos guantes rojos que estaban más cerca del uso
doméstico que de "Gilda", pero lo más esperado era su actuación musical,
cuya temática se mantuvo en secreto hasta el último momento.
Pero cuando Scarlett Johansson subió al escenario, enfundada en su
vestido verde, y dijo que se cumplían 50 años del clásico dirigido por
Robert Wise, no tuvo que decir más que "la única e irrepetible" para
saber que las siguientes dos palabras eran Lady Gaga.
En medio
de una sobria puesta en escena, con apenas unos árboles minimalistas, y
con un grupo de cuerda, Gaga volvió a demostrar su carácter camaleónico
no solo en su imagen, sino en su voz, mimemitizándose con el registro
de Julie Andrews, que apareció al final de la actuación para darle su
bendición.
"Querida Lady Gaga: gracias por tu magnífico
homenaje", le dijo la ganadora del Óscar por "Mary Poppins", y quien
perdió su legendaria voz tras una operación quirúrgica.
La
cantante, a pesar de que quiso dulcificar su aspecto y de que vive una
época "retro" desde que colabora en sus discos con Tony Bennett, sigue
teniendo sus numerosos tatuajes, que asomaban bajo su vestido níveo. Y
era inevitable pensar en que la última vez que se le vio vestida de
monja fue en el vídeo de su tema "Alejandro", donde combinaba religión
con sumisión y erotismo.
Hoy fueron "The Sound of Music", "My
favourite Things", "Edelweiss" y "Climb every mountain" los temas con
los que Lady Gaga se convirtió no solo en freulein María, la "novicia
rebelde" (tal y como se tradujo en Latinoamérica), sino también en la
madre abadesa de la famosa película.
Aunque hubo ovación, la
interpretación de Gaga se sumó a los momentos vocalmente más
impresionantes de la noche (a la altura de John Legend y su emotiva
interpretación de "Glory") pero también a los más disparatados que se
recuerdan, a la altura de cuando Beyoncé cantó la canción de "Los chicos
del coro" en un improbable francés en 2005.
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