Canciones y disfraces se toman las calles de histórica ciudad brasileña
lunes, 16 de febrero de 2015 6:19 By Augusto Socìas
Sao Luiz de Paraitinga (Brasil), .-(EFE).- Millares de personas con coloridos disfraces, movidas al son de
los tradicionales instrumentos de viento y percusión, se tomaron este domingo las
calles de la histórica ciudad brasileña de Sao Luiz do Paraitinga, que
desde hace 35 años celebra su particular fiesta de carnaval.
El Carnaval de Sao Luiz de Paraitinga, a 200 kilómetros de Sao Paulo, la
capital regional, se posiciona cada año como una de las más importantes
expresiones callejeras que se celebran en todo el país durante esta
época del año y que gana reconocimiento por su fiesta popular de las
"marchinhas" (canciones carnavalescas).
"Vine detrás de la
música brasileña y de las 'marchinhas' que son tradición del país.
Quería mucho vivir esta fiesta, esta reunión de personas que se toma las
calles en una gran expresión de alegría entre amigos. En Chile falta un
poco de esta energía", comentó a Efe el turista chileno Héctor Mora.
Las bandas de los 50 "blocos" (comparsas) oficiales e informales de
la ciudad dan vida a las "marchinhas" temáticas, que son compuestas
especialmente para el carnaval brasileño desde 1920 y que dieron origen
después a los "samba-enredo", como se conocen los ejes temáticos de las
escuelas que desfilan en las grandes ciudades.
A pesar de lo
pomposo y de la imagen internacional de los desfiles en sambódromos,
como en Río de Janeiro o Sao Paulo, o de las multitudinarias caminatas
detrás de "tríos eléctricos" (camiones gigantes de sonido animados por
artistas), como en Salvador, el carnaval callejero es el más presente en
la mayoría de municipios.
La ciudad paulista de Sao Luiz de
Paraitinga, que en sus últimos 35 años de carnaval suma cerca de 2.000
"marchinhas" compuestas para la fiesta, muchas recordadas una y otra vez
en cada edición como cuenta el director de Turismo del municipio,
Eduardo Coelho, se abrió espacio entre otras fiestas carnavalescas
callejeras del país.
Reducto de millares de personas que
quieren animarse con el golpeteo de tambores y repiques de saxofones,
Sao Luiz de Paraitinga se ha convertido en una alternativa durante el
carnaval de otras fiestas callejeras como las de Recife y Olinda
(Pernambuco) o la de la también histórica Ouro Preto (Minas Gerais),
entre otras.
Cualquier tema puede inspirar las composiciones
de las "marchinhas", que van desde letras que hablan sobre el amor, los
bebés o la actualidad del país.
A pesar de la lluvia, cerca de
30.000 personas se tomaron las calles para literalmente "saltar" en lo
que muchos llaman "el verdadero carnaval", como afirmó Delfari
Giovanelli, integrante de la banda Sao Luiz.
"No hay un
carnaval como el de aquí, lleno de adrenalina, alegría y, claro, las
tradicionales 'marchinhas' que casi no son tocadas en las grandes
capitales como Río de Janeiro y Sao Paulo", que además de los desfiles
en sus sámbódromos tienen comparsas callejeras pero animadas por música
moderna, explicó Giovanelli.
Los últimos carnavales le dieron
alegría a los habitantes de Sao Luiz de Paraitinga, que en 2010 fue
arrasada cuando transbordó el río Paraitinga, destruyendo edificios y
monumentos históricos del patrimonio de la ciudad y dejando miles de
damnificados, comentó la azafata Débora Vasconcelos, quien vive en
Washington.
Vasconcelos integró la famosa comparsa Bloco do
Barbosa y defiende el carnaval callejero como "el encantamiento y la
raíz de la fiesta popular en Brasil".
El "Festival de
Marchinhas" comienza quince días antes de cada carnaval y un selecto
jurado escoge las canciones "oficiales" que serán cantadas por los
visitantes y moradores locales.
Patrimonio Cultural brasileño,
Sao Luiz de Paraitinga pasó casi todo el siglo XX sin carnaval, porque
uno de los altos representantes de la Iglesia Católica de la época
prohibió las manifestaciones consideradas profanas y maldijo la fiesta
diciendo que a quien participase de ella le iban a nacer "cachos y
cola".
La prohibición, que se convirtió en mito, permaneció
hasta 1980, cuando el carnaval volvió y le abrió las puertas al turismo
de la ciudad.
Entre el 13 y 18 de mayo, cuando se celebra el
carnaval en todo el país, la ciudad paulista espera la visita de unas
150.000 personas.
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