La árida belleza de "Ida" conquista a los académicos de Hollywood
jueves, 15 de enero de 2015 13:20 By Augusto Socìas
Madrid, (EFE).-Una historia en un
bellísimo blanco y negro, con poco diálogo y una enorme profundidad en
su planteamiento. Eso es lo que propone la polaca "Ida", que tras
triunfar en los Premios de Cine Europeo, nominada al Óscar a
la mejor película de habla no inglesa y a mejor fotografía.
En los galardones europeos, "Ida" se llevó los premios a mejor película,
director -Pawel Pawlikowski-, guión -Pawlikowski y Rebecca Lenkiewicz-,
fotografía -Lukasz Zal y Ryszard Lenczewski- y el que concede el
público.
Estuvo nominada a los Globos de Oro -donde perdió
frente a la rusa "Leviatán", también candidata al Óscar- y ahora ha
recibido el respaldo de los académicos de Hollywood, que le han dado dos
candidaturas, algo poco habitual en películas extranjeras.
Si
la nominación a mejor película de habla no inglesa era esperado, ha
sido una sorpresa que también destaquen la labor de los directores de
fotografía, aunque se trata de un más que merecido reconocimiento de uno
de los principales elementos de la película.
Porque las
imágenes en blanco y negro son el soporte esencial para una historia
demoledora pero contada con una belleza rotunda.
"Ida" es el
verdadero nombre de una joven novicia que está a punto de profesar sus
votos y que, por unos días, se ve obligada a convivir con su tía Wanda,
el único pariente que le queda tras la invasión nazi y de la que solo
sabe que no se hizo cargo de ella cuando murieron sus padres, por lo que
acabó acogida en un convento de clausura.
La espiritualidad
de la muchacha y los secretos que durante años ha enterrado la tía salen
poco a poco a la luz y sirven a Pawlikowski para hablar de temas
universales.
"Es una reflexión sobre la identidad, sobre la
fe, sobre la historia individual, sobre los vínculos familiares", señaló
el realizador en una entrevista con Efe durante la presentación del
filme en Madrid.
Para Pawlikowski, lo único destacable es que
ella "tiene una fe muy fuerte, pero no la fe convencional: esa no es la
lección de la película, lo es la coherencia del personaje".
Y
sobre la fotografía y el formato cuadrado de la cinta, explicó: "Yo no
busqué la belleza en sí, quería hacer una película que invitara a la
meditación, por eso la fotografía y la forma intenta huir del drama y de
las emociones brutales, y busca la mirada distante y con otro tipo de
pasión".
"Reconozco -añade Pawlikowski- que siento nostalgia
de la Polonia de aquella época y por eso he intentado plasmar ese mundo
idealizado, mágico, un poco melancólico y, sí, muy bello".
Está es la décima ocasión en que una película polaca está nominada al
Óscar al mejor trabajo en lengua no inglesa, un premio que no ha
conseguido nunca.
Junto a ella, optarán al Óscar la argentina
"Relatos salvajes", de Damián Szifrón; la rusa "Leviatán", de Andrey
Zvyagintsev; la estonia "Tangerines", de Zaza Urushadze y la mauritana
"Timbuctu", de Abderrahmane Sissako.
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