El cabaré Lido echa el freno para darse un lavado de cara
miércoles, 3 de diciembre de 2014 12:11 By Augusto Socìas
París, (EFE).- Diez años y más de 7.000
representaciones después, el Lido echa este miércoles el telón a su revista
"Bonheur" con la intención de regresar dentro de cuatro meses
completamente renovado pero sin perder la esencia del género que le ha
dado fama mundial: el cabaré.
Se trata de la primera vez que
el célebre establecimiento parisino cierra durante un periodo tan
prolongado, para someterse a un necesario ejercicio de modernización que
cambiará desde la fachada y la maquinaria de la sala hasta la propia
concepción de los espectáculos.
Este templo de las variedades
pasa página para dejar lugar a un nuevo capítulo en su historia, indicó
su presidenta, Nathalie Bellon-Szabo, en la despedida anoche de una
velada plagada de guiños internos y que dejó traslucir la emoción de sus
70 artistas y más de 350 trabajadores.
Su nuevo rostro se
desvelará el próximo 2 de abril, con el estreno de la que será su 27
revista desde que lanzara en 1946 "Sans rimes ni raisons", la primera de
las que desde entonces hacen de este local en los exclusivos Campos
Elíseos una parada obligada para todo turista que quiera vivir una
experiencia parisina completa.
El grupo Sodexo, su único
accionista desde 2009, ha confiado las riendas al italo-belga Franco
Dragone, que firmó las diez primeras creaciones del Cirque du Soleil y
que con este encargo se estrena en el reto de instalarse y concebir el
nuevo espectáculo de un cabaré mítico.
La inversión total, de
25 millones de euros (31 millones de dólares), refleja la envergadura de
un proyecto que aspira a incrementar un 30 por ciento en los próximos
tres años la facturación del local, que compite junto al Crazy Horse o
al Moulin Rouge en la difícil tarea de registrar el cartel de "no hay
entradas" cada noche.
La compañía busca conservar el ADN de la
revista pero modernizarlo. No renegar de las plumas, las insinuaciones o
la elegancia, pero sacar el máximo partido de las posibilidades que a
estas alturas de siglo ofrecen las nuevas tecnologías.
Pantallas LED, proyecciones audiovisuales y un vestuario más exclusivo
que se acerca a la alta costura quieren seguir atrayendo a su público
tradicional, mayoritariamente extranjero, pero también a uno más joven,
"acostumbrado a los videojuegos y a un ritmo elevado".
Así lo
afirmó en la introducción del nuevo número su escenógrafo, Jean Rabasse,
que propone un viaje por un "París soñado, no realista", con la idea de
repasar la cultura de la ciudad "con la mayor magia posible".
El nombre se mantiene todavía secreto, pero sus organizadores sí han
filtrado que el argumento tendrá un mayor enfoque cinematográfico y
sentido dramático que los anteriores.
Cerca de 30 empresas y
artesanos franceses se han puesto manos a la obra para cumplir con la
fecha prevista de reapertura, que irá precedida de la retirada completa
de los decorados y de la maquinaria y de la instalación a partir de
enero de la nueva estructura.
Su próxima propuesta aspira a
perdurar una década, tiempo medio que estuvieron los anteriores, que
contribuyeron a agrandar noche a noche el aura de un local en el que el
tsunami de plumas que adornan a sus Bluebell Girls y Lido Boys comparte
escenario con caballos o una pista de patinaje.
Dragone dice
presentarse a esta "gran aventura humana", tal y como la describe su
presidenta, "con todo el respeto que se le debe a quienes tuvieron la
audacia de crear el género", pero con la valentía suficiente para
impulsarlo.
El resultado comenzará su andadura en 2015 para
todos aquellos espectadores dispuestos a desembolsar los 95 euros (118
dólares), como mínimo, que dan entrada a ese pequeño rincón en la que
presume de ser la avenida más bella del mundo.
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