La Biblia: brújula para navegar por el arte, la arquitectura y las letras
miércoles, 12 de noviembre de 2014 6:43 By Augusto Socìas
Madrid,(EFE)..-Entrar a una
pinacoteca sin conocer la Biblia es como echarse a la mar sin brújula
porque ese texto sagrado es un bien común: sus mitos, cuentos y leyendas
trascienden la religión y han forjado nuestra sociedad. Conocerlos es
un regalo cultural, indicaron a Efe varios autores de literatura
juvenil.
¿Cómo entender el mundo sin los relatos del Antiguo y
el Nuevo Testamento? ¿Cómo comprenderlo sin saber quiénes son Abraham,
Goliat, la reina de Saba o María Magdalena?, se pregunta el escritor
francés Philippe Lechermeier en el prefacio de "Una biblia" (Edelvives),
ilustrada por su compatriota Rebecca Dautremer.
"Una biblia"
no es la Biblia, con mayúscula, precisa Lechermaier, sino una
recopilación de las historias que la componen y que, "al margen de que
se sea creyente o no", de que "nos gusten o no", han "forjado" nuestras
sociedades, se "inmiscuyen" en nuestra vida cotidiana y "circulan" en
nuestro inconsciente colectivo.
Sin conocer "los fabulosos
cimientos de nuestra sociedad" no se puede "descifrar" el arte, la
arquitectura o la literatura, subraya.
Esta es la primera vez
que alguien reescribe la Biblia, desde el Génesis hasta resurrección de
Jesús, como si fuese una novela, en un proyecto cuya idea nació en la
cabeza de Lechermaier hace cinco años y al que se sumó casi desde el
principio Dautremer.
La ambición de ambos era hacer "una
biblia lo más laica posible, una biblia cultural", pero con un "inmenso
respeto" hacia un texto que es "sagrado" para muchos creyentes y con el
cuidado de "no herir a nadie", dice a Efe la ilustradora, nacida en el
seno de "una familia católica muy piadosa".
Por sus páginas
desfilan los personajes más destacados del Antiguo Testamento: Adán y
Eva, Caín y Abel, Noé, Judith, Jonás, Moisés, Abraham, Jacob, Isaac y
muchos otros. Son historias de familias, de amor, de guerras...
Y también los del Nuevo Testamento, con Jesucristo como protagonista: su vida, sus amigos, sus aventuras, sus ideas.
Lechermeier relata todas esas historias a su manera, con mucha
sensibilidad, con un lenguaje muy cuidado, muchas veces poético, con
cuentos, con canciones e incluso con una pieza teatral.
El
resultado es "un bello objeto", de casi 400 páginas, que sale
simultáneamente en varios idiomas, y en el que se ha cuidado "con mimo
cada dibujo, cada palabra", subraya Dautremer.
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