Jennifer López e Iggy Azalea se portaron bien en los American Music Awards

martes, 25 de noviembre de 2014 8:59 By Augusto Socìas


Con recato terminaron los American Music Awards. Pitbull, el presentador de la ceremonia este año, no exageraba al decir que la actuación de Jennifer López junto a la incipiente Iggy Azalea era una de las más esperadas en el Nokia Theatre de Los Ángeles.

El público quería ver sobre el escenario la réplica del video hecho para el tema "Booty", que desde el 18 de septiembre tiene más de 75 millones de visitas en Youtube . Deseaban ver no solo a dos cuerpos curvílineos, sino también su contorneo y roce. Varios medios estadounidenses reportaron que había temor por parte de ABC con respecto a lo que pudiera pasar.

Pero no. La presentación fue considerada apta para la transmisión por televisión. No hubo desafíos ni provocación por parte de las artistas, quienes se limitaron a realizar algunos movimientos sugerentes sin ningún tipo de repercusión. Lo ocurrido fue comentado por aquellos que lamentaron que haya prevalecido la corrección política  cuando es fácil ver el video por Internet. La sorpresa fue que Azalea le ganara a Eminem en la categoría de hip hop.

El evento es glamoroso. No importa el lugar en el que se vaya a sentar la gente, la mayor parte asiste como si fuera a desfilar por la alfombra roja, así vaya a estar en la última fila del teatro.  Es la ocasión para estar lo más cerca posible de personajes como Taylor Swift o One Direction, los más ovacionados de la noche. Sin embargo, no es fácil verlos de cerca cuando se está adentro. La estricta producción se encarga que su periplo no tenga desvíos tanto para entrar como para salir del recinto.

Incluso, aquellos que fueron invitados a la llamada after party de la ceremonia, se cansaron de esperar por alguna de las celebridades. Muchos ingenuamente caminaban por el salón del JW Marriott donde se realizó con la esperanza de reconocer a alguien, tomarse la foto, darle la mano, pero era en vano. Terminaban haciendo la cola para la comida que ofrecían: tacos, hamburguesas, risotto, carne y puré. Las cámaras terminaron enfocando a sus dueños para el selfie o la infaltable foto grupal.

Swift abrió la entrega de premios con "Blank Space". Bajó del techo sentada frente a una mesa que emulaba a l video de un tema que tiene menos de un mes en la red y registra más de 85 millones de reproducciones. Está acostumbrada a los siete dígitos y más. Su más reciente disco 1989 sobrepasó el millón de copias vendidas en una semana, una de las razones por las que le entregaron el Premio Dirk Clark a la Excelencia, estatuilla que recibió de manos de Diana Ross, a quien aplaudieron de pie los pocos minutos que estuvo en tarima.

Son unos premios otorgados por el público. La gente estaba ávida de lo reciente, lo considerado moderno y actual. La vieja guardia tiene poca cabida, y el pop es el patrón. Mary J. Blige fue una excepción en una programación en laque tener menos de 30 años parecía ser requisito si no se tiene como precedente el escándalo. Cantó "Whole Damn Year", pero pasó inadvertida. Fueron pocos los que se pararon a verla, aunque la televisión haya mostrado lo contrario. Era una de las nominadas en la categoría Mejor Artista Femenina de Soul y R&B, que ganó Beyonce, una de las ausentes de la noche del evento, que en Venezuela transmitió TNT.

La euforia estaba reservada para One Direction, quienes recibieron el premio Artista del Año, Mejor Grupo Pop Rock y Mejor Disco Pop Rock por Midnight Memories. Le pudieran quitar el segundo género a las categorías, y no ocurriría nada. Imagine Dragons y 5 Seconds of Summer fueron minoría. Cada vez es más remota la época en la que hasta el heavy metal y el hard rock tenían un apartado. La última vez fue en 1997, cuando Metallica se llevó el reconocimiento como Mejor Artista en ese desaparecido renglón. Enrique Iglesias fue elegido Mejor Artista Latino en la entrega no televisada.

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