Canción y festival reabren en Israel el debate sobre la libertad de expresión
miércoles, 26 de noviembre de 2014 9:49 By Augusto Socìas
Jerusalén, (EFE).-Una polémica
canción que describe a los árabes-israelíes como violentos y un festival
de cine que quiere contar la tragedia de la Nakba (catástrofe) han
reabierto en Israel el debate sobre la libertad de expresión, en estos
momentos en que la tensión entre judíos y árabes roza niveles
explosivos.
El debate, siempre presente en la convulsa
sociedad israelí, se originó con la difusión por el artista local Amir
Benayún de una canción en la que tipifica a los israelíes de origen
palestino como violentos y desagradecidos, y el veto del presidente
israelí, Reuvén Rivlin, a que participe en un acto público a su lado.
"No quise incitar contra nadie, la canción sólo expresa mi dolor por
la violencia que sufren los israelíes", dijo su autor en referencia a la
violencia que sacude Jerusalén desde que en julio un grupo de
extremistas judíos mataran a un menor palestino, en venganza por el
asesinato a manos de ex convictos islamistas palestinos de tres
estudiantes israelíes en Cisjordania.
Desde entonces, ocho
israelíes y una ciudadana ecuatoriana han muerto en tres ataques
perpetrados por cuatro palestinos de Jerusalén Este, que fueron
tiroteados por las fuerzas de seguridad israelíes.
Benayún ha
asegurado que no volverá a interpretar la letra de "Ahmed ama Israel" y
que respeta la decisión de cancelar su actuación por una persona a la
que "ama", Rivlin, quien consideró que "sus palabras vienen en un
momento de mucha tensión y, por decirlo suavemente, no ayudan a
relajarla".
Pero los principales comentaristas locales
discrepan hoy sobre la conveniencia de esta decisión y, mientras unos la
respaldan por el agravio que supone a una minoría, otros ven en ella un
arma de doble filo.
"La canción no es apropiada, pero este es
el precio de la libertad de expresión", escribe hoy el veterano
columnista Dan Margalit, para quien "el boicot al artista es más
preocupante que el hecho de marginarlo" de un acto oficial.
En
su canción, el artista describe al árabe-israelí como "escoria ingrata"
que "te apuñalará", por la participación en los ataques de miembros de
esta minoría, a la que cree "desagradecida", porque recibe todo tipo de
beneficios y derechos del Estado israelí.
El periodista Janoj
Daun opina, por su parte, que el boicot por una canción que en su
opinión sólo expresa el "sentir" de un cantante en un momento
determinado se debe a que se trata de un artista de origen "mizrahi"
(judíos de los países árabes) identificado con la derecha.
Y cree que nadie lo habría hecho si fuera "ashkenazí" (judíos de centroeuropa) de izquierdas.
"(El escritor) Amos Oz dedicó cálidamente uno de sus libros a Marwán
Barguti (al dirigente palestino encarcelado en Israel), una persona con
sangre judía en sus manos. Nadie lo boicoteó y así debe ser", sostiene
al alertar del peligro que ve en la decisión presidencial.
Recuerda asimismo las polémicas creaciones de una larga lista de
artistas locales pacifistas que, tildados de "traidores" por la derecha,
defendió para salvaguardar la "libertad de expresión".
Contrariamente, el columnista conservador Ben Dror Yemini cree que esto
nada tiene que ver "con libertad de expresión o creación, ni con una
actitud 'macarthista'".
"El presidente la canceló por su carácter racista, y no todo tiene que ver con libertad de expresión", sostiene.
Por la misma razón, avala la decisión de la ministra de Cultura,
Limor Livnat, de intentar suspender la financiación a la Cinemateca de
Tel Aviv por la celebración el próximo fin de semana de un festival
sobre la Nakba, que describe la narrativa sobre la independencia de
Israel en 1948.
"Las dos decisiones son correctas. Hay una
gran diferencia entre libertad de expresión -que debe ser amplia,
agitadora y perturbadora- y que el Estado financie la incitación, sea
contra los árabes o contra el propio Estado", explica Yemini.
Convocado por segundo año consecutivo por la ONG Zojrot (Recordando), el
festival respalda que millones de refugiados palestinos que se vieron
obligados a abandonar su hogar en 1948 deben tener la posibilidad de
regresar al territorio de Israel, lo que este país considera que sería
un suicido demográfico.
En un editorial hoy que lleva por
título "Una ministra sin cultura", el diario Haaretz sostiene que Livnat
no entiende el significado del concepto "cultura" en una sociedad
democrática, que consiste no en que el Estado mismo "produzca cultura",
sino en "financiar suficiente y equitativamente a instituciones y
artistas que desean hacerlo".
"Una ministra de Cultura que
exige cesar la financiación porque ciertas actividades culturales
contradicen la forma de ver las cosas de los líderes en el poder no
entiende el concepto cultura en un estado democrático", concluye.
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