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El saxofonista cubano radicado en Estados Unidos desde 1981, Paquito D'Rivera regresa a Santo Domingo a celebrar los 60 años de vida artística, y los 49 años del Teatro Nacional. A los 66 años, la música sigue siendo el centro de su vida. Ayer habló en exclusiva para Diario Libre.

P. ¿Recuerda cómo fue el día de su debut hace 60 años?

R. Sí, me acuerdo, porque tengo una fotografía aquí. Eso fue en el teatro de un colegio, el Candler College, era un colegio muy grande de gente rica que rentaba el teatro. Y la escuelita donde yo estudiaba en mi zona, rentaba ese teatro para la fiesta de fin de curso. Como el escenario era grande, se podía poner a las bailarinas, y a la muchachita que tocaba el piano. Y eso fue en una fiesta de fin de curso, que mi papá me presentó con el quinteto de saxofones de la Orquesta Cosmopolita.

P. ¿Recuerda qué tocó?

R. Sí, recuerdo qué toqué, porque como 50 años más tarde lo grabé con Carlos Franzetti, en mi primer disco que ganó un Grammy. Se trata de la habanera "Tú", de Sánchez de Fuentes. Eso fue lo primero que toqué hace 60 años, y creo que aquel arreglo lo escribió Peruchín (Jústiz), aquel pianista cubano tan bueno. Yo daría cualquier cosa por conseguir esa orquestación... Pero, ¿dónde estará eso?

P. En otra ocasión que lo entrevisté, me dijo que éste fue uno de los primeros países que visitó, y que le encantaría festejar esos 60 años dedicados al arte también aquí. Lo logró. ¿Qué obra interpretará?

R. Lo logramos, ¡eh! República Dominicana fue el primer país que visité. Voy a interpretar una obra muy entrañable para los dominicanos, y para mí también, que es el Concierto para Saxofón y Orquesta, de Bienvenido Bustamante. Lo grabé en Londres hace algunos años, con quien supongo va a ser el director de este concierto, el maestro José Antonio Molina, el hijo de Papa. Yo trabajé con el viejo hace muchos años, cuando fui de niño.

P: ¿Hay un buen repertorio de obras para saxo?

R. Sí, ahora sí lo hay. Es un instrumento razonablemente joven. Todavía es un instrumento nuevo. Pero tuvo mucho auge en la escuela francesa del saxofón. Y, sí hay muchas obras. No hay tantas, como para clarinete o para violín, pero si hay obras y cada vez se escriben más piezas. Y esa pieza es muy bonita, la pieza de Bustamante. Es muy fresca. A mí me suena como a un Rossini que nació en el Cibao.

P. ¿Cuál es su compositor preferido para saxo?

R. Hay muchos. Hay tantos… Ibert, que escribió el Concertino da camera ese, maravilloso. Hay mucha gente que ha escrito para el saxofón.

P. ¿Qué parte de su virtuosismo prefiere, en la que puede explayarse creativamente, como en el jazz, o en la que debe seguir los patrones preestablecidos de lo sinfónico?

R. No, el jazz. Muchísimo más. A mí me gusta mucho la música sinfónica, pero yo extraño mucho sobre todo la improvisación. Cuando yo organizo conciertos de cámara, por ejemplo, pongo algo de Brahms o de Mozart, está Vinci, que me gusta mucho, pero siempre pongo una obra mía, o de alguien en que yo puede tocar lo que yo quiera tocar. Y de vez en cuando me gusta abrir la jaula.

P. Maestro, ¿a quién usted calificaría como el mejor saxofonista de todos los tiempos?

R. Eso es muy utópico, yo nunca he creído en quien es el mejor, pero el saxofonista que yo más he admirado toda mi vida es Charlie Parker. Ese es mi ídolo, al igual que Benny Goodman. Pero yo no creo que exista esa categoría del mejor, porque todos los artistas tienen limitaciones y eso no les quita su mérito.

P. ¿Cuáles son las suyas?

R. Yo no sé. Siempre hay limitaciones, cosas que no le salen a uno bien, y hay gente que hace eso mismo con mucha más facilidad.

P. También puede depender de los estados de ánimo.

R. Ah sí, sobre todo si se es muy temperamental, como yo.

(Alfopnso Quiñones/Diario Libre).