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Son infinitos los temas que se pueden tocar en una conversación con Érika de la Vega, aunque el motivo de la entrevista sea el lanzamiento de El show de Érika, casi late night, la primera producción original de Telemundo Internacional que se estrena hoy. Desde las protestas hasta la situación del país, pasando por su familia y los tratamientos de belleza, la animadora responde todas las preguntas con desparpajo.

Las grabaciones del programa comenzaron a finales de enero, por esa razón en ningún episodio se trata la crisis en Venezuela. “Espero que no sientan que me estoy haciendo la vista gorda”, señaló.

Como preparación, De la Vega tomó clases de acento neutro, pero confiesa que no sabe si le funcionaron y que cuando entrevista a un venezolano no puede matizar los modismos.

El espacio, que conservará elementos de Érika tipo 11 como el monólogo y los sketchs de comedia, presentará dos entrevistas por episodio. Aunque se grabó en Miami, la animadora también viajó a los estudios de la cadena en México, donde entrevistó a estrellas de las telenovelas que no conocía.

—¿No planea ampliar su familia?

—¡No! Por los momentos no. Dentro de mí hay una pelea constante, no sé si eso le pasa a las madres de hijos únicos. Por un lado digo que no puedo tener dos muchachitos con la misma energía a la vez porque no dispondría de tiempo para mi desarrollo personal y profesional. Pero igual pienso que debería hacer un esfuerzo y no dejar a Matías solo. En eso me la paso todas las semanas. Estoy esperando que se me olvide un día. Pero ahorita no way, estoy concentrada en seguir adelante con los proyectos que alguna vez comencé.

—El programa está grabado en alta definición, ¿tuvo o tiene alguna rutina de belleza particular?

—Hago de todo, lo que salga, lo que sea, como sea. ¿Qué tomo? ¿Jugo verde? ¡Me lo tomo! ¡Todo lo hago! Troto, como bien. La televisión en alta definición es macabra. En HD se ven hasta las arrugas que te van a salir dentro de 10 años. No me puedo descuidar, si lo hago todo el mundo lo sabe en 15 días. Antes de comenzar a grabar me concentré en mi cuidado para no estar tan preocupada después.

—Winston Vallenilla le ofreció trabajo en TVES.

—¿Tú has visto? Yo simplemente vi una oportunidad para decirle a Winston que como presidente de TVES ayudara a sus compañeros de RCTV a conseguir un empleo, pues hay muchos que todavía no tienen trabajo. Desde la ingenuidad pensé que eso podía suceder porque hay muchos camarógrafos, productores y actores desempleados que ahora venden comida casera. Ese fue el sentido de mi tweet, pero él pensó que le estaba pidiendo trabajo. Yo estaba abogando por ellos, no por mí. Sería una tontería pedirle trabajo por Twitter, para eso lo llamo.

—¿Pero aceptaría trabajar en un medio público?

—No. Para nadie es un secreto que hay que seguir una línea editorial y yo siempre he tenido mis propias ideas, me he expresado con libertad. Para alguien como yo es difícil aceptar un trabajo donde hay que responder a una política editorial del gobierno, no tocar algunos temas, invitar a ciertos personajes y a otros no. Sería muy incómodo. Para mí sería un infierno trabajar en un medio público, preferiría hacer otras cosas antes de comprometer mi manera de pensar.

—Pasó por algo parecido a lo que vive ahora Lilian Tintori. ¿Se ha comunicado con ella? ¿Le ha aconsejado algo?

—Ella sabe que cuenta con mi apoyo. Es una situación muy difícil como mujer, más allá de cualquier papel político. Como esposa y como madre es complejo no tener a tu esposo en la casa en medio de tantas irregularidades. Pero Lilian es una mujer que tiene mucha fuerza y que está concentrada. Siempre he dicho que ella nunca se ha cansado de correr 42 kilómetros en maratones y si tomamos eso como una analogía, apenas está calentando.(El Nacional de Caracas).