Del Procurador, el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana y sus Resultados
sábado, 11 de enero de 2014 11:58 By Augusto Socìas
Sociólogo – Comunicador Dominicano
Irradia la
sinceridad cuando el licenciado Francisco Domínguez Brito, en su condición de
Procurador General de la República, públicamente, admite que la cantidad de atracos y robos que se producen
en el país obliga a seguir replanteando y fortaleciendo el Plan Nacional de
Seguridad Ciudadana.
Su espontaneidad al
hablar nos deja anonadados en vista de que no es frecuente oír a un funcionario
de su nivel, expresarse de manera tan responsable y dolorosa, al tiempo que
termina reconociendo, ante la sociedad dominicana, que la mayoría de los
delitos registrados son cometidos por jóvenes entre 17 y 21 años "con el
interés de comprarse zapatos ropas, bebidas alcohólicas y drogas".
Es una realidad
que, además de avergonzarnos como nación, ha de lacerar la consciencia colectiva
en una sociedad llamada a trajinar por senderos diferentes.
Los dignos y
laboriosos pobladores de esta media isla, tal como lo ha expuesto el referido
funcionario judicial, no merecen continuar siendo agredidos con el golpe de los
robos y los atracos.
Y es que a pesar de
la atención prestada por el honorable presidente, licenciado Danilo Medina
Sánchez, la inversión económica y tecnológica realizada, las estrategias y los
esfuerzos realizados en el denominado Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, en
función de los resultados percibidos, lamentablemente, ha concluido ser rotundo
y olímpico fracaso.
Las reales
estadísticas, las que amargamente vivimos en el cotidiano subsistir, crudas y
lacerantes, se perciben, no sólo en nuestros barrios marginales de las grandes
ciudades.
El flagelo del
crimen, el robo y los atracos, también son expresiones constantes y deplorables
en los confortables y resplandecientes residenciales donde se dice residen “los
dominicanos de cuellos blancos”, protegidos por vigilantes privados.
Sin hiperbolizar y
sólo pretendiendo ser consecuentes con lo observado a diario en la realidad
dominicana, sin importar hora y espacio, lo cual reconfirma la decepción que
actualmente engendra el cacareado Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, es
posible afirmar que en la geografía nacional, urbana o rural, está al margen de
en cualquier momento convertirse en escenario de un horrendo asesinato, un extraño
robo o un atraco a manos armadas que deja huellas indelebles en su víctima.
Y que para controlar
el comportamiento de los rateros y criminales de poco parece haber servido la
conformación de patrullas mixtas, el encendido de incontables centellas en
modernos vehículos abordados por militares y policías, fuertemente armados.
Todo luce que la
fiebre no está en esa sábana..!!
La dirección de la
proa urge se otra.
En función de los
insuficientes resultados alcanzados, todo indica que la respuesta idónea para
enfrentar la delincuencia, la violencia y la criminalidad en sociedades como la
nuestra ha de existir otro tipo de accionar.
Siendo de esa
manera, es evidente que, al margen de lo que algunos podrían considerar, es
apremiante, sin en verdad deseamos alcanzar un nivel de seguridad nacional
ciudadana, un replanteamiento en los diseños de las estrategias, los planes y
la ejecución de las acciones hasta el momento desarrolladas.
Continuar con el
concepto y la línea seguida, todo indica que, además ser una olímpica manera de
perder el tiempo y cuantiosos recursos humanos y materiales, o lo que es lo
mismo, seguir tropezando con la misma piedra.
Cambiemos e
innovemos pues… Manos a la obra..!!
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