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Muchos proclaman a los cuatro vientos que el merengue está en crisis. Consideramos que el quid del asunto no radica en el ritmo, sino en muchos de sus cultores.

Faltan producciones atractivas, probablemente se han dormido en sus laureles líderes de orquestas y arreglistas. Es necesario que se impriman nuevos colores al género. Si se escuchan los temas de algunos de los más populares merengueros, sencillamente se llega a la conclusión de que muchos de los arreglos se repiten.

Tarifas

Bueno, lo cierto es que las tarifas de las principales agrupaciones les impiden amenizar en la mayoría de ciudades y municipios. Eso lo saben hasta los chinos de Bonao.

Ningún propietario de bar de un pueblo cuyos habitantes no pueden pagar 1,000 pesos de entrada se arriesgará a contratar a algunas de las más cotizadas orquestas.

Igual que emisoras y canales de televisión, manejadores y dueños de agrupaciones acotejan las referidas tarifas, cobrando hasta 100 mil menos en plazas donde están conscientes que la gente no comprará boletas a 800, 900 y 1,000 billetes.