Calle 13: Pura intensidad en Argentina

sábado, 19 de febrero de 2011 10:10 By Augusto Socìas


Amary Santiago Torres/Primera Hora

Buenos Aires.- Residente, Visitante y PG-13, de la banda puertorriqueña Calle 13, sólo tenían una opción: transmitir la misma intensidad que el público argentino tuvo de principio a fin en el concierto de anoche en el estadio Luna Park.

Los seguidores argentinos tuvieron un rol protagónico en el espectáculo de dos horas en el mítico escenario. Pareciera que la pasión forma parte de sus genes. En el fútbol o en la música, no importa, ambos se los viven con la misma energía.

La primera de tres funciones de Calle 13 estaba pautada para las 9:30 de la noche, pero desde una hora antes los fanáticos no paraban de aplaudir y hacer coros.

El estadio recibe a un grupo de personas en un espacio sin sillas, justamente frente a la tarima. Esta área está diseñada para quienes quieren bailar y brincar toda la noche. Cual partido de fútbol, hombres y mujeres saltaban y se empujaban de lado a lado creando la sensación de una ola. La palabra es intenso.

Además, era difícil domar a quienes interrumpían mientras Residente se dirigía a ellos. Era casi imposible controlar a quienes tiraron al escenario decenas de camisas, banderas, mensajes y sostenes, como quien se desviste en su casa. Era complicado ponerle un freno a quienes coreaban Calle 13 u otros distintivos coros de su cultura, como uno que hace referencia a la Guerra de Las Malvinas, según explicó una de las asistentes.

Pero René Pérez (Residente) y Eduardo Cabra (Visitante) lo lograron con 20 canciones, la mayoría con un ritmo acelerado por la potencia de los músicos, sin permitir que el público tomara un descanso a pesar del sofocante calor; y seguramente eso era lo que muchos querían.

Al filo de las 10:00 de la noche, prendieron las siete pantallas para mostrar la “fórmula explosiva” de la banda. Después de un conteo regresivo, se intensificó la euforia que mucho antes se sentía en el lugar. El tema Baile de los pobres abrió el espectáculo, en el que el grupo incorpora parte del material de su disco Entren los que quieran.

Una vez Visitante agitó su brazo y se formó la gritería, aparecieron ocho bailarinas, cuya coreografía estuvo a cargo de Vivi Wlosko. Las jóvenes encapuchadas se quitaron una vestimenta negra que les cubría el cuerpo para impartirle un toque sensual al show.

Sin rodeos, Residente presentó a su invitado de lujo: el cantante y músico argentino Andrés Calamaro, lo que provocó un alboroto. Su intervención, corta pero acertada, se centró en tocar su guitarra y la interpretación de los coros.

“¿Estamos vivos Buenos Aires?”, preguntaba con frecuencia Residente, quien mantuvo cantando a sus fanáticos con los temas Vamo’ a portarnos mal y Beso en el desayuno. El artista aprovechó una cámara para proyectar al público en las siete pantallas.

En el tema Se vale to-to, el grupo le dio riqueza visual al espectáculo con la participación del grupo Murga Zarabanda Arrabalera. El medio de expresión de la murga, que combina percusionistas y bailarines con movimientos libres, fue prohibido en tiempos de la dictadura porque se utilizaba para hacer críticas sociales.

Residente reservó un momento del show para hablar sobre la situación que viven los inmigrantes de Arizona y del mundo e instó a aceptar a quienes le dieron un rumbo distinto a sus vidas en suelo extranjero. Entonces, el vocalista interpretó Pal norte en compañía de un grupo de bailarines que simulaba estar huyendo o cruzando la frontera mientras se movían en las rampas del montaje. Esta canción permitió además que Visitante se dejara llevar por sus emociones e hiciera varios experimentos musicales.

Después de acelerarle el ritmo a las canciones Suave y Chulin culin cunflai, y cantar otros temas, Residente interpretó La Perla, que le permitió lucirse en los soneos al veterano músico y cantante Jerry Medina, quien colabora con la banda.

Otro de los invitados fue el acordeonista Martín Ferves, quien inició el tema Tango del pecado.

Tras el movido Atrévete te te te, Residente se despidió diciendo “qué viva Puerto Rico libre”, pero era imposible que no regresara porque el escenario ardía –literalmente porque algunos fueron socorridos por el calor– y cantó

Calma pueblo. Más bien se recreó la temática del vídeo de la canción, porque él, escondiendo su rostro con unas gafas, entró con una sotana en la que escondía “sus explosivos” y estuvo acompañado de un grupo de monjas. El guitarrista Mark Rivera simuló estar desnudo, como apareció en la secuencia, pero esta vez usó calzoncillos. Esta interpretación contó además con coreografías aéreas de los integrantes de la compañía Vendrá.

“Este tema es importante para mí. Aprendí mucho viajando. Aprendí a querer a mi patria y a querer a este país tanto como a mi patria… Ojalá que haya libertad en mi país y no sigamos siendo una colonia”, dijo Residente, quien agregó que desea estar vivo para ver a Puerto Rico independiente. Estas palabras antecedieron al tema Latinoamérica, en el que PG-13 estuvo acompañada por la cantante cubana Diana Fuentes, esposa de Eduardo Cabra.

Calle 13 culminó su concierto con Fiesta de locos y, como Residente les sugirió vivir al máximo, sus seguidores dejaron toda la intensidad que les quedaba en el movido tema.

La banda vuelve al Luna Park hoy, sábado, y el 26 de febrero, días después de haber enfrentado al “monstruo” del Festival de Viña del Mar, donde se presentará el 23 de este mes, justo el día de cumpleaños de Residente.

1 comentarios:

Monica dijo...

ahora estoy en uno de los mejores hoteles en Estambul de vacaciones pero cuando estuve en buenos aires fui a ver a calle 13, como me diverti!! es un genio el cantante!!

8 de mayo de 2011, 21:30