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SANTIAGO.-El economista Luis Abinader consideró que los hechos de corrupción registrados en el país en los últimos seis años, podrían ser aislados, “pero no la política de complicidad y tolerancia patrocinada por el Gobierno, que ha permitido que más de 70 casos de corrupción debidamente identificados hayan permanecido bajo la más absoluta impunidad”.

Sostuvo que la afirmación del presidente de la República, doctor Leonel Fernández de que “los casos de corrupción son hechos aislados que no responden a un sistema organizado”, es una excusa infeliz para tratar de minimizar el problema y evadir su responsabilidad.

El precandidato presidencial del PRD dijo que ciertamente nadie podría demostrar que todos los casos de corrupción responden a un mismo patrón o forman parte de una mafia organizada bajo la dirección de un padrino, pero a su juicio resulta claro que las principales autoridades del país han contribuido a crear un clima favorable para que tales prácticas se extiendan en toda la administración pública.

“Pero no se trata solo de la impunidad, de la incapacidad del Estado para perseguir y sancionar a los corruptos, sino también de la participación directa y protagónica de nuestras principales autoridades en acciones que atentan contra el patrimonio público, como la construcción del Metro de Santo Domingo sin presupuesto y sin la aprobación del Congreso; la contratación ilegal de un préstamo de 130 millones de dólares con la Sun Land sin que nadie sepa a donde fueron a parar esos recursos; la compra de los aviones Super Tucano sin concurso, a precios aparentemente sobrevaluados; y la creación de nominillas clandestinas para repartir el presupuesto público entre los seguidores del partido oficial”, apuntó el licenciado Abinader.

Estimó que con esos ejemplos las autoridades han perdido la fuerza moral para enfrentar y penalizar los actos de corrupción que se han propagado en todo el aparato del Estado.

Recordó que la Comisión de Política Económica del PRD presentó a la opinión pública más de 70 casos escandalosos de corrupción registrados durante las últimas dos administraciones del presidente Leonel Fernández, sin que las instancias responsables hayan adoptado las medidas pertinentes.