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No fue el primero que lo hizo, pero, a juicio del coreógrafo Joey Chevres, Michael Jackson fue quien trajo a un primer plano el paso por el que también ganó fama: el moonwalk.

Ese movimiento deslizante, de un lado a otro de las tarimas, se conoció originalmente como el float, detalló el bailarín profesional.

“Él lo llevó más allá, viajando, cruzando una tarima entera y de ahí, a través de sus vídeos y sus shows, se conoce como el moonwalk, pero la marca de un genio es ver y saber utilizar lo que está, que es lo que ha ocurrido con él en todos los aspectos”, resaltó.

El Rey del Pop incorporaba en sus coreografías el jazz, el break dance y el hip hop, lo que, a juicio de Chevres, le permitió proyectarse como una figura de la música adelantada en su época.

“Como todo lo genial, (el moonwalk) lo hacía verse fácil, no se veía forzado, él lo hacía y se veía fácil, y eso es donde está el arte, era un gran bailarín porque él transmitía y le daba vida al paso”, subrayó el coreógrafo.

“Él pudo no solamente en los shows en vivo, motivar e inspirar futuros bailarines, sino que pudo compenetrar y llegar a los hogares, porque su carisma, su intensidad, era tan y tan buena y genial, que no hubo gente joven que él no tocó”.

El moonwalk fue una de las muchas modas que impuso el astro norteamericano. De hecho, un moonwalk a lo Michael Jackson debía incluir los pantalones negros más arriba de los tobillos, las medias blancas y zapatos negros.

En la actualidad, muchos movimientos ligados al reguetón están influenciados por este paso de baile. Es lo que llaman el flow, precisó Chevres.

“Yo tengo que decir que (Michael Jackson) era un genio inocente, como un nene chiquito, siempre buscando la perfección”, puntualizó.