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Mirna Santos revivió el terror que sintió la mañana del 24 de septiembre 1970, cuando agentes del servicio secreto de la Policía Nacional penetraron hasta su casa en busca de su esposo, el dirigente del Movimiento Popular Dominicano, Amín Abel Hasbún.

Embarazada entonces, pensó que aquel sería su último día, cuando los perpetradores llegaron a las escaleras de su casa y dieron el tiro de gracia al padre de sus dos hijos. “Todos sentimos temor. Era un despliegue de fuerzas terribles y estábamos solos”, rememora la viuda, durante una visita al Cementerio Nacional de la Máximo Gómez por el 45 aniversario de la muerte del joven revolucionario a la edad de 28 años durante el régimen de Joaquín Balaguer.

A la tumba de Amín, asistieron también miembros de diferentes corrientes políticas y sociales de izquierda como el Movimiento de Izquierda Unida (MIU), el Frente Amplio de Lucha Popular (FALPO) y del Frente Estudiantil de Liberación Amín Abel (FELABEL).

Durante su breve discurso, Mirna Santos aprovechó para exhortar a los dirigentes presentes, entre los que se encontraban Narciso Isa Conde, Higinio Báez y Víctor Romano, a entender que los tiempos han cambiado, y que “el camino no es la guerra”.

Mirna les instó a la “reflexión” para formar parte de la Convergencia opositora liderada por el Partido Revolucionario Moderno (PRM).

“Si seguimos fragmentados, nos seguirán dando en la madre”, advirtió.(Diario Libre).