Citan errores cometidos en el ejercicio periodístico actual

viernes, 10 de abril de 2015 8:38 By Augusto Socìas

El pasado lunes, la revista estadounidense Rolling Stone pidió disculpa por una publicación hecha en noviembre pasado, bajo el título “A rape on Campus”, cuya traducción al español es “Una violación en el campus”. En ella se cuenta la historia de Jackie, una joven universitaria que supuestamente fue violada por siete hombres, miembros de una hermandad de la Universidad de Virginia.
Tras la publicación, el caso fue investigado por las autoridades, y no pudieron confirmar ni encontrar evidencias de que hubiera ocurrido. La revista pidió disculpa por su “error”, y descolgó el artículo de su página.
En enero del 2013, el periódico El País, de España, publicó en su portada una foto en la que supuestamente se veía al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en condiciones graves de salud, meses antes de su muerte. Luego el medio se disculpó por la falsa imagen, y alegó que había sido engañado por la fuente que se la suministró.
Ambos casos se atribuyen a errores de la práctica periodística, consecuencia de una poca o nula contrastación de fuentes, según las críticas surgidas a raíz de cada publicación. Otro caso de repunte internacional fue el del “Lobito de Wall Street”, el joven estudiante neoyorquino Mohammed Islam, que dijo haber acumulado una fortuna de más de US$72 millones invirtiendo en la bolsa de valores, y luego de que varios medios se hicieron eco, admitió que todo era inventado. A nivel internacional también está el caso de Tomasso Debenedetti, el italiano que vendía entrevistas falsas.
En la prensa dominicana, el caso más reciente se dio con una llamada al programa “Enfoque Final”, que se trasmite por NCDN, Canal 37, hecha supuestamente por uno de los acusados de matar al viceministro de Energía y Minas, Victoriano Santos Hilario, y a su hijo Víctor Santos.
En la llamada, el que dice ser uno de los acusados del doble crimen, sostiene que el hecho fue por encargo. Tras las investigaciones de la Policía Nacional y la Procuraduría General, éstos sostienen que la versión de la llamada fue negada por los acusados. Sin embargo, el periódico El Nacional publicó el martes declaraciones de la fiscal de Cotuí, Juana María Hernández, en la que afirmaba la autenticidad de la llamada, pero la atribuía a otro de los detenidos, y no al que inicialmente se dijo.
Otros cuestionamientos surgieron cuando algunos medios se hicieron eco de las llamadas que supuestamente hacía el confeso narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo, al programa Hilando Fino, en las que afirmaba que financió la campaña del expresidente Leonel Fernández. Las críticas en ese momento incluyeron a algunos medios que se resistieron a publicar la información, sin antes tener certeza de quién hacía las llamadas. Finalmente, Paulino Castillo reiteró la denuncia en una entrevista vía Skype, para que todos pudieran verle. A la fecha no se ha comprobado la veracidad o no de la denuncia.
Sesgo en las noticias
El destacado periodista y catedrático universitario Rafael Núñez Grassals cuestiona el camino que ha seguido el periodismo en los últimos tiempos.
“Las historias son bastante incompletas, se está haciendo un periodismo de fuentes, no de datos. El periodista no baja al terreno, y se maneja con un teléfono e internet”.
Desde su óptica, el periodismo es una profesión cálida, de trato cara a cara con la gente. Considera mejor el periodismo de años atrás, cuando los reporteros se “enlodaban” en la calle con la gente. “Es muy distinto cuando tú ves una cosa y la palpas, a cuando otros te cuentan. Y eso es lo que me dice a mí que hay una sustitución del periodismo de datos por el de fuente”.
Entiende que esa sustitución da como resultado un periodismo sesgado. También lamenta que hoy no existen editores con el sentir de antes, cuando éstos eran una especie de entrenador del aspirante a periodista, al que empujaban y le orientaban, incluso, sobre los autores que debían leer. “Hoy sólo le preguntan (al periodista) ¿qué trajiste?”, critica.
Además de insistir en que hace falta leer a los grandes periodistas (Eloy Martínez y Gabriel García Márquez son los primeros nombres que expresa), Núñez Grassals exhorta a seguir pasos que entiende fundamentales en el ejercicio ético. En un discurso que dictó en una casa de estudio, bajo el título “Por una ética de las noticias. Hacía un estilo sano de informar”, el profesor detalló lo que califica como cuatro verbos “conocidísimos, pero no siempre bien atendidos, a pesar de que constituyen los pilares que hacen posible honrar el compromiso con la exactitud informativa”.
Se trata de verificar los datos en que basan las historias; contrastar las versiones disponibles; comprobar las conclusiones obtenidas a lo largo del proceso de examen de los materiales acopiados; y mostrar con absoluta precisión lo comprobado.
Errores a evitar

 A raíz de la disculpa de la revista Rolling Stone, los directivos del medio publicaron en su portal el informe sobre la investigación del caso que solicitaron a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, que señala los fracasos del medio, y le atribuye la responsabilidad a la mala práctica periodística y no al relato falso de la fuente. “El fracaso incluye reportería, edición, supervisión editorial y comprobación de los hechos”, dice una cita sobre el informe que reproduce el periódico BBC Mundo, en su edición del 7 de abril. Basado en el mismo caso, el blog Clases de Periodismo, de la periodista y catedrática peruana Esther Vargas, identificó 10 lecciones sobre los errores de la falsa historia de los que citamos algunos: 1-No se puede enamorar de las fuentes: los periodistas deben dudar, y tomar distancia de las fuentes. 2-Las disculpas de los editores y periodistas deben ser claras y reales; 3-Hay que contrastar y cruzar las fuentes; 4-La fuente no impone la metodología del trabajo, ni el rigor del mismo; 5-    El periodismo narrativo no es un paraguas para recrear historias que se distancian del periodismo; 6- Dudar de las historias demasiado buenas y redondas es deber del editor.(Diario Libre).
 

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