Si Dios quiere yo también es la apuesta de Amaia Montero
martes, 23 de septiembre de 2014 7:53 By Augusto Socìas
Amaia Montero descansó. Está lista para volver a los escenarios y la
agitación propia que exige la promoción de un disco, en este caso Si Dios quiere yo también, su tercer álbum como solista.
Fueron
tres años de una pausa que consideraba necesarios. Era el momento de
ordenar ideas, pensar y distenderse un poco. “Quería parar. Llevaba un
ritmo de vida con mucha velocidad. Además, ansiaba reflexionar mucho,
mirar hacia adentro, ver qué encontraba y escribir sobre lo que quería
contar en mi próximo trabajo”, señala por teléfono la cantautora que no
estrenaba material de estudio desde 2011.
El título resume la
forma en la que la artista española quiere afrontar la vida, su
intención de llevar lo mejor posible lo que le ocurra. “No tiene que ver
con lo religioso. Solo es la forma de entregarnos a lo que la vida
tiene para cada uno de nosotros”, expresa la compositora, quien prefiere
que cada quien ponga el nombre que desee a aquello que a su juicio
interviene en los designios de cada uno. Puede ser el universo o el
destino, no hay imposición.
Nostalgia es lo que impregna en varias
de las nuevas composiciones de la intérprete, pero sin estancarse. La
idea es seguir adelante, a pesar de lo que puede ser considerado –en
determinado momento– como lo más lamentable en la vida: una separación.
Atrás
quedó La Oreja de Van Gogh, la agrupación que hizo famosa su voz y su
cara, pero que dejó hace siete años. Si bien no reniega de ese pasado,
quiere que cada vez esté más distante, no solo en tiempo sino en
canciones.
Si Dios quiere yo también es su oportunidad para
cantar cada vez menos temas de aquella época, que sirvieron para
abultar el repertorio de sus primeras presentaciones en solitario.
“Ahora son tres discos, en los que se basará mi directo. Siempre habrá
alguno, pero con la tendencia a que haya menos”, acota.
En Londres.
Montero quería que su tercer disco como solista sonara como pop
británico, que tuviera esos aires para diferenciarlo de sus anteriores
trabajos. Por eso, entre las varias opciones que tuvo, eligió a Martin
Terefe, propietario de Kensaltown Studios, en la capital inglesa.
Ha
trabajado con Yusuf Islam, James Morrison, James Blunt, además de
Miguel Bosé, Jesse & Joy, Westlife, Train y Backstreet Boys. “Fue
grabado en directo, en Inglaterra, con un sonido inglés hermoso”, dice.
Son
ochos salas en el estudio. La cantante pasó la mayor parte de su tiempo
entre esas paredes de enero a abril. “Es una ciudad que me apasiona,
pero no salí mucho. Como hay tantas salas, son muchos los artistas que
habían, mucho flujo. El ambiente fue muy artístico. Todo eso impregnó el
disco, el sonido”, afirma sobre la producción estrenada el 17 de
septiembre y que se puede conseguir en Venezuela.
En las
sesiones, se apoyó de músicos como los percusionistas Kristoffer Sonne y
Karl Brazil, el bajista Bastian Juel, los teclistas Nikolaj Torp Larsen
y Glen Scott, y los guitarristas James-Bryan, Cass Lowe y Paco Salazar.
También participaron en Si Dios quiere yo también el cuarteto de
cuerdas The Love Sponge Strings (3 Doors Down, Train) y el trío de
viento Grooveline Horns (Wyclef Jean, Jason Mraz, Dave Matthews Band).
En
noviembre Montero comienza la gira. Aún negocian los países en los que
estará. Le gustaría venir a Venezuela, pero por los momentos no está
previsto. Su anterior banda, La Oreja de Van Gogh sí lo hará, el 13 de
ese mes.(El Nacional de Caracas).
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