El respeto se fue de paseo
domingo, 26 de enero de 2014 12:02 By Augusto Socìas
Por: Cándida Figuereo
Sin
avisar hacia donde iba, el respeto se fue de paseo dejando a su paso una estela
de situaciones tan recurrentes que no asombran porque se consideran
"normales" en la cotidianidad dominicana.
No
se trata de una novedad, sino de realidades
añejas resultantes de debilidades, falta
de seguimiento y el consuetudinario dejar pasar porque eso "no me importa
y no vi hacer este mundo ni lo voy a ver acabar".
Fruto
de lo anterior sigue siendo rutina que se aproveche el menor
"descuido" para entrar por una vía con señales de no se doble, se
tira basura a las vías públicas desde vehículos en marcha e igual hacen
caminantes.
Tampoco
es extraño que su vecino, muy "vivo" por cierto, le robe la energía
eléctrica sin que usted se percate de
que es un malhechor. Recuerdo el caso de una profesional de la salud, cuyos
vecinos también profesionales duraron cinco años alimentándose con la energía
eléctrica que la primera pagaba.
¿Cómo
se dio cuenta? En una ocasión, la dama
que pagaba la factura eléctrica tenía que hacer un arreglo que ameritaba bajar
el switch o interruptor para evitar un "corrientazo."
Tan
pronto bajó la palanca, la que sustraía la energía eléctrica dijo en voz alza:
¡Ay! Se fue la luz. Esto le causó extrañeza a la señora que pagaba este
servicio y de inmediato subió de nuevo el interruptor para ver lo que ocurría,
cuando de inmediato la vecina dijo de nuevo !Ay! Ya llegó.
A
la dama que pagaba la energía se le encendió una "bombilla del
cerebro" y buscó a un técnico en la materia para que revisar los alambres
que conducían la electricidad, quien confirmó el hurto. La afectada ordenó que
se bajara todos los alambres conectados y las cosas no pasaron de ahí con sus
"buenos" vecinos.
De
igual modo es frecuente en algunos "guagṻeros" conducir de manera
atropellante sin importar a quién se lleven por delante, así como los
conductores de variopintas categorías
que ocupan las aceras por donde deben circular los peatones.
A
pesar de las multas para que no sigan delinquiendo, esta gente siempre vuelve a
lo mismo. En fin, es llover sobre mojado en diversos aspectos que ya son
cotidianos y lucen normales.
Es
obvio que el respeto se fue paseo, pero sería bueno que retorne transformado de
manera positiva para que este espacio que es de todos respire armonía, florezca el respeto en todos
los órdenes y siga resplandeciendo la luz que tantos dominicanos llevan como
antorcha en su corazón porque quieren lo mejor para su patria.
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