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Dentro del desorden que nos arropa tenemos los casos de iglesias evangélicas que con sus puertas abiertas de par en par, causan molestias a vecinos con altoparlantes a todo volumen, y las autoridades no se dan por enteradas.

Los ministerios de Medio Ambiente y Salud Pública y la Policía, deben actuar sin que tengan los ciudadanos perjudicados que acudir a esas instituciones.

La acción se registra desde hace años, Si le chequean los decibeles a determinados pastores, comprobarán que transgreden la ley con sus actitudes que rayan en el fanatismo.

Esos religiosos ti
enen la falsa premisa de que mientras más bulla hagan, conseguirán más adeptos, y están equivocados porque nadie que coja la pela de una de esas iglesias que en ocasiones concluyen sus actividades después de las 10:00 de la noche, no es verdad que se sumará a esas parroquias.