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En lo que constituye una demostración de debilidad institucional, alrededor de 11 mil jóvenes cursan la carrera de comunicación social en varias universidades. lo que significa que en corto tiempo se registrar una saturación de esa profesión.

Además, como dice el refrán, "no hay cama para tanta gente". En país donde la propiedad de la mayoría de los medios está concentrada en varios grupos económicos, conseguir un empleo es duro, aunque se posea talento.

Otra cosa, producto del excesivo número de comunicadores, los patronos se aprovechan para pagar salarios míseros.

El hecho de que tantos estudien la referida carrera, demuestra que las cosas no andan bien en el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, ni en las universidades, que al parecer, no someten a pruebas de aptitud a los aspirantes a ejercer el oficio, sino que les interesa más el dinero que recibirán de las mensualidades.