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A decir verdad los carros públicos constituyen un problema que por el nauseabundo clientelismo que nos arropa, ha ido de mal en peor.

Diferentes gobiernos han tolerado el desorden y la arrabalización de los conchos. Sólo hay que ver por ejemplo, lo que acontece en la calle 30 de Marzo, una de las más transitdas. Los choferes de als rutas San martín'Máximo Gómez y Peña Batlle (Villa Consuelo), estacionan sus vehículos desde el inicio de la vía hasta el Callejón Imbert, lo que obstaculiza el libre desevolvimiento del tránsito.

La acción se deja pasar por alto por el bendito clientelismo que sigue incrementándose. No los meten en cintura con el débil argumento de que se trata de "padres de familia". Los miembros de la ineficiente Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet), ven el panorama como si nada ocurriera.

Los "sindicatos" que controlas las referidas rutas y otras, hacen lo que les venga en ganas por la falta de pantolones de las entidades llamadas a encarar la situación.