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Numerosos programas malos se mantienen en el aire. Personas que no pegan una recurren dizque a hacer chistes y hablar tonterías. Esos espacios, son, verdaderos bocadillos indigestos que si ponen a los presos de la cárcel de La Victoria a escucharlos, confesarían los crímenes que no han soñado con tal de librarse de esas pelas.