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Maripily se reitera en que su aún esposo, el ex pelotero de Grandes Ligas, Roberto Alomar, presuntamente es paciente de VIH y que cuando ella lo supo, lo primero que le vino a la mente fue acabar con su vida.



“Eso es algo que se va a conocer más a fondo con la demanda, no la de divorcio, sino la de el VIH”, advirtió a Primera Hora.

Cuando la modelo rememoró esa experiencia, no pudo contener el llanto; un llanto profundo, que la dejaba sin respiración.

La empresaria no se atrevió a aseverar que la mujer pícara y transparente que sale frente a las cámaras “es un personaje”, pero asegura que ciertamente se distancia de lo que es ella fuera del ojo público y, al llorar desconsoladamente, se reiteró en que “ésta soy yo de verdad”.

“Yo no sabía que él (Alomar) lo tenía (el VIH) cuando me casé. ¿En qué cabeza cabe?... ¡Por Dios! Cuando lo supe, me sentí traicionada. No tenía ganas de vivir. No sabía qué hacer. Pensé en mi salud, en mi hijo, en mi familia, en lo que la gente iba a pensar”, expresó con seriedad.

“Lo único que sentí en ese momento era que me quería morir. Pensé en tomarme pastillas o matarme tirándome por un puente. Una noche esperé a que mi hijo (Joe Joe) se quedara dormido, él (Alomar) también estaba en la casa en Tampa. Llegué a despedirme de mi Joe Joe. Mi asistente Marly habló conmigo y me dijo que pensara en él (en Joe Joe), que no acabara con mi vida. Entonces me aguanté. Mi otra asistente, Yara (Soto), no me dejaba sola ni un minuto por miedo a que yo me hiciera daño. Yara me velaba hasta cuando yo dormía y en una ocasión sentí como que mi mamá fallecida me decía también que no lo hiciera, que pensara en Joe Joe. Fue horrible. La gente no piensa en el dolor, en el daño y lo que hacen es burlarse. No es fácil”, puntualizó.

Maripily no ha tenido reparos en expresar abiertamente su deseo por acabar su matrimonio con Roberto Alomar. De hecho, ha manifestado que hasta tiene planeado celebrar su separación definitiva con amistades como la cantante mexicana Diana Reyes, quien participó, al igual que ella, en el reality show de Telefutura Latinas VIP. La vista de divorcio está pautada para el 13 de julio en una corte de Tampa.

“Cuando me enteré de lo del VIH, entré en una depresión profunda y Yara me dijo que buscara ayuda psicológica. En ese momento, yo estaba en Tampa. Comencé a ir un psicólogo, que resulta que es de Salinas; se llama Rafael. En aquel momento me recomendó que entretuviera mi mente, que saliera, que fuera a Miami, donde había algunas amistades mías. Él me decía que saliera porque estaba encerrada todo el tiempo. No quería salir, no quería comer”, reiteró.

La empresaria explicó que fue entonces cuando ella decidió ir a Miami y que allí hasta coincidió con amistades que habían estudiado con ella en la Escuela San Conrado en Ponce.

“Cuando fui a Miami por recomendación de mi psicólogo, la sensación fue distinta a la que sentía en Tampa. Allí me encontré con amistades como Jennifer O’Neill, de Escándalo TV, y Nelson Ruiz quien trabajó para Soraya Sánchez. Más adelante decidí mudarme allá, no quería quedarme en Tampa, me traía malos recuerdos, me deprimía, pero más que nada, me cambiaba de personalidad. Siempre estaba de mal humor y todo el mundo me decía: ‘Es que no eres tú’”, dijo.

Sin embargo, Maripily considera que hoy día se siente más fortalecida, libre y feliz y que la decisión de irse a vivir a Miami “fue la correcta”.(Primera Hora).