Etíopes conmemoran nuevo año

sábado, 11 de septiembre de 2010 13:31 By Augusto Socìas














Addis Abeba (Etiopía).-Niños y jóvenes, vestidos con sus mejores galas, recorren hoy las calles de Etiopía con motivo de la celebración del Tseday, el Año Nuevo, entregando flores y dibujos a sus familiares y entonando canciones tradicionales.

Una multitud de niños y jóvenes cuyas ropas, en blanco luminoso, contrasta con el azul oscuro de las túnicas de los sacerdotes ortodoxos, que han celebrado a lo largo de toda la noche las ceremonias vinculadas con la festividad.

Colores y contrastes matizados, sin embargo, por la luz entreverada de la humedad de las últimas nubes de la temporada de las lluvias, otro de los motivos por los que se celebra esta festividad y que este año constituye un motivo más de alegría en un país asolado por recurrente sequías: la temporada "oficial" ha terminado pero todavía sigue lloviendo.

Según explicó a EFE Wubalen Tadesse, ingeniero forestal formado en Cuba y España, ha sido una temporada especialmente generosa. El resultado compone un excelente fondo para la celebración religiosa ortodoxa en el Monte Entoto, en las cercanías de Addis Abeba: las praderas, cultivos y pequeñas zonas arboladas que forman buena parte del paisaje etíope muestran toda una paleta de verdes brillantes.

Se trata de una imagen muy alejada de la estampa de sequía y consiguientes hambrunas, que forma parte del imaginario colectivo occidental, pero que debido al peculiar régimen de precipitaciones de esta región de África, según afirma Tadesse, puede repetirse en cualquier momento.

El comienzo del año y el final de las lluvias no son los únicos motivos de celebración. En un país como Etiopía, en el que se solapan razas, religiones y culturas, incluso las festividades son abigarradas: hoy, 11 de septiembre, es además la fiesta de las Joyas, que conmemora la vuelta de la Reina de Saba de su visita el Rey Salomón, en Jerusalén, y la festividad de Kiddus Yohannes (San Juan).

Además, este año la festividad ha coincidido con el final del Ramadán musulmán, ayer viernes, festejado también con algarabía en las calles por los etíopes de esta religión, profesada por cerca del 47 por ciento de la población.

En el monte Entoto, a unos veinte kilómetro de la capital, se encuentra uno de los principales lugares de celebración del Año Nuevo, las iglesias de Maryam (Nuestra Señora) y la del Arcángel San Raguel, donde los feligreses de mayor edad también aportaron hoy su nota de color con sus majestuosos y coloridos paraguas forrados de terciopelo.

Las seis de la mañana marcan el comienzo del año nuevo, el año 2003 de su calendario, pero sacerdotes y feligreses han pasado la noche en vela y alargan los rezos, procesiones y ceremonias hasta bien entrado el mediodía.

El calendario etíope, que contabiliza siete años y ocho meses menos que el occidental o gregoriano, fue elaborado por la iglesia copta del país a partir del calendario juliano, aunque con una fuerte influencia judía.

Tras los actos religiosos, el día de hoy está dedicado por los etíopes, tanto cristianos como musulmanes, a visitar a los familiares y amigos.

Desde varios días atrás, las calles se han llenado de vendedores de corderos y de finos y largos haces de leña sin hojas, los chibbós. Con los primeros se celebran las comidas familiares, mientras que los segundos serán quemados esta noche por los varones de la familia ante las puertas de las viviendas (EFE).

0 comentarios: