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Cuando caen lluvias torrenciales, se evidencia el deiciente transporte pdblico que nos gastamos. Muchos de los conchos con hasta 20 años, no salen a las calles por temor a quedarse a mitad del camino.

Asimismo, en las rutas de más movimiento, los carros públicos resultan insuficientes, por lo que muchos ciudadanos llegan con retraso a sus destinos. Es como ela energía eléctrica, ambas son pelas que vienen arrastrándose desde hace décadas sin que ningún gobierno encare el problema y lo solucione.

Y es que como la prioridad es clientelismo, politiquería barata, se continúa desperdiciando recursos, situación que han aprovechado para amasar fortunas millonarias, un reducido grupo de "sindicalistas".

La mayoría de las rutas de los conchos, minibuses y autobuses están controladas por varias "federaciones" y "sindicatos" que imponen sus propias leyes, incluido el manejo temerario de muchos conductores que ponen en peligro la vida de los pendejos ciudadnos que se ven compelidos por sus míseros ingresos a trasladarse a sus lugares de labores y hogares, cogiendo pelas pagadas.