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Este, como decía el escritor Manuel Arturo Peña Batlle, es un país insólito. Mientras un porcentaje considerable de ciudadanos residentes en el Distrito Nacional, la provincia Santo Domingo y el interior, no reciben agua potable, la Corporación del Acueducto y Alcantrillado de Santo Domingo (CASSD), le vende el preciado líquido a propeitarios de camiones cisterna, quienes a su vez lo comercializan obteniendo buena ganancia con usuarios a cuyos hogares no fluye el agua.

Vaya paroda, increible pero cierto. Porbablmente podríamos ser incluidos en los récords mundiales. La CAASD lo que debe hacer es venderle a bajo costo el agua a la getne que tiene que destinar parte de sus limitados ingresos comprando camiones cisterna entre 600 y 1,200 pesos.

De continuar con el derrotero que tenemos, llegará el día en que los pobres y lo que queda de la clase media no agunatarán más y saldrán a las calles a incnediar neumáticos y troncos de árboles para bloquear el tránsito vehicular en barrios y urbanizaciones que tienen años escuchando promesas demagógicas.