La pela de los conchos
Lo cierto es que quienes se trasladan a sus centros de trabajo en carros del concho cogen una pela y lo que es peor, pagando. Si usted se dirige a la 27 de Febrero desde las proximadades de la Máximo Gómez, al igual que en otras intercepeciones, tiene que esperar que los conchos se llenen para que arranquen.
La situación contrasta con los avances en telemounicaciones que tenemos. Y el desorden del transporte público ha sido tolerado por diferentes gobiernos, incluido el actual, que se han dejado chantagear por los empresarios propietarios de la mayoría de rutas.
Carros destartalados, chatarras, minibuses que la getne ha bautizado como "voladoras" porque sus conductores transitan a exceso de velocidad y montan hasta 60 personas en undiades con capacidad para 30.
La politiquería ha contribuido a que se mantengan este desorden del transporte público y lo peor, sus "líderes" han sido favorecidos con millones de pesos en exoneraciones por las autoridades de 1966 a la fecha.
Probablemente por miedo a perder votos, el Gobierno no le entra a ese caos, cogiendo el toro por los cuernos de una vez y pro siempre.
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