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Mientras los académicos meditan a quién le darán el voto de la victoria en esta 82ª edición de los Oscar, las estrellas se apresuran ya a escoger los modelos que lucirán en una alfombra roja en la que un año más se centrarán las miradas.


"La verdad es que [la ceremonia] es en una semana y ya me empieza a doler el estómago", reconoce la novel Gabourey Sidibe, candidata como mejor actriz por Precious. "No sé ni el color. Nada", recalca. Como al resto de los candidatos en las categorías más destacadas, las ofertas no les faltan. Sidibe admite haber recibido numerosos bocetos, pero asegura que su decisión sigue en el aire a pesar de que los ha examinado.

Menos en el caso de Maggie Gyllenhaal, que ya se ha hecho los deberes. La rival de Penélope Cruz en la categoría de mejor actriz secundaria ha escogido a Yves Saint Laurent. "Es un modelo vintage de cuando nací. Estilo década de los setenta, como la película", admitió la intérprete de Corazón rebelde. El resto, nada. "Bueno, yo tengo el vestido que quiero en la cabeza", convino otra de las novatas de esta ceremonia, Carey Mulligan, también aspirante a la estatuilla como mejor actriz, en su caso por An education. ¿Y qué modisto? "Espero que alguien bueno".