Marido de Sandra Bullock en rehabilitación

miércoles, 31 de marzo de 2010 7:46 By Augusto Socìas



A pesar de que a estas alturas muchos lo darían ya todo por perdido, Jesse James parece seguir esperanzado en que su matrimonio con Sandra Bullock se puede salvar. Tras los testimonios de cuatro mujeres que se han autodenominado sus amantes en la prensa estadounidense y el abandono de su mujer, el empresario ha decidido ingresar en una clínica de rehabilitación, aunque sin dar a conocer cuál es la adicción de la que se quiere librar.

"Jesse ha ingresado por su cuenta en una institución de tratamiento para lidiar con temas personales", ha declarado el representante del televisivo motero en un comunicado enviado en exclusiva a la revista People. "Se ha dado cuenta de que está en un momento crucial para buscar ayuda para sí mismo, su familia y para salvar su matrimonio".

El sitio de famosos TMZ asegura que James, dueño de la firma de motos West Coast Choppers, está ingresado en el centro Sierra Tucson, de Arizona, que se especializa en la rehabilitación de alcohólicos, drogadictos y adictos al sexo, y que el martes por la noche empezó su tratamiento con un especialista.

No habrá adopción

Mientras tanto, Bullock, que al enterarse del escándalo canceló su viaje a Europa para el estreno de The Blind Side, la película por la que acaba de ganar su primer Oscar, y viajó a Austin a casa de su hermana, se encuentra de vuelta en Los Ángeles, aunque no en la casa que compartía con James y los hijos de este.

Según la edición británica de la revista Ok!, Bullock se ha mudado a una mansión que posee en Hollywood Hills, también en la ciudad californiana, y en la que vivía antes de casarse con James. La actriz compró la casa por más de un millón de euros en 2001 y poco después se mudó a Sunset Beach, donde vivía con su marido y los tres hijos de este hasta hace dos semanas.

Y, a pesar de que varias publicaciones aseguraron que Bullock estaba en trámites de adoptar a sus hijastros, el representante de la actriz ha desmentido que sea así. De hecho, Chandler, de 15 años, Jesse Junior, de 12, y la pequeña Sunny, de sólo seis, siguen viviendo en casa de su padre, quien, antes de buscar tratamiento, pasó la mayor parte de las últimas dos semanas sumido en la rutina de dejar a sus hijos en el colegio e ir a trabajar a la tienda de West Coast Choppers que posee en Long Beach.

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