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Hace 14 años, Donald Trump la llamó “una máquina de comer”. “Fue hace catorce años —repite Alicia Machado con la mirada fija en el espejo de su camerino como si buscara la imagen de aquellos días— ¡ha pasado tanto tiempo! Es cierto, puedo decir que he vivido la discriminación en carne propia”, dice la Ex Miss Universo nacida en Maracay, Venezuela, el 6 de diciembre de 1976.

El recuerdo es pertinente ahora que Machado actúa en Hairspray, obra musical cuyo personaje principal es Tracy, una adolescente gorda que sueña con salir en televisión, ser famosa, ganar un concurso de baile y ser novia de un joven guapo y delgado. El personaje de Alicia es la villana Velma, una ex reina de belleza que insulta, discrimina y ridiculiza a la protagonista por su obesidad.

“Hay un parlamento de mi personaje que me duele mucho, que incluso me cuesta trabajo decirlo porque lo considero una gran crueldad”. El diálogo al que se refiere es donde Velma se encuentra con la madre de Tracy (también gorda) y le dice: “Así que usted es la culpable de haber traído al mundo a esta bola”. Machado siente remordimiento cada vez que actúa esa escena y de inmediato recuerda aquel trance con Trump.

El año en que fue Miss Universo es, de hecho, el más difícil de su vida. Cual Tracy de la vida real, Machado recuerda que su vida incluía cinco horas de gimnasia, comida a base de verduras y cero pan.