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Un sentimiento ronda al Hollywood que respaldó la candidatura de Barack Obama: la decepción. O incluso la “decepción terrible”, adjetivos que le dedicó el actor Matt Damon en una entrevista justo cuando Obama envió 30 mil nuevos soldados a Afganistán en diciembre de 2009: “Creo que muchos sabemos que no tiene sentido. Lo siento, pero esta vez no tiene la razón”.

Antes de esta declaración de Damon, la actriz Jane Lynch, protagonista de la serie Glee, declaró que el presidente del “sí podemos” (su lema de campaña) había decepecionado a la comunidad homosexual al ignorar toda propuesta para defender sus derechos.

“¿No se supone que debería haber defensores de las minorías contra los votos mayoritarios? Si los derechos civiles se hubieran votado en los años 60, nunca se habría logrado algo; fue necesario que alguien como el presidente Lyndon Johnson dijera: “Vamos a hacerlo”. En cambio, Barack Obama no lo ha hecho“.

Lynch, ganadora del Globo de Oro y activista del movimiento gay, también agrega un adjetivo: “Es una decepción enorme”.

Hollywood fue uno de los pilares durante la campaña de Barack Obama con actores y cantantes que aportaron no sólo su presencia en actos masivos sino también mucho dinero. Se calcula que aportaron 4 millones de dólares en total desde la precampaña en la que derrotó a Hillary Clinton.

La relación Hollywood-Casa Blanca tiene historia. Desde 1989 a la fecha, Hollywood ha donado 100 millones de dólares tan sólo en elecciones federales, según documentó el analista Eric Altman en su ensayo “The Hollywood campaign”. Y 80% de esa cifra fue para los demócratas.

El demócrata Barack Obama no fue la excepeción y entusiasmó a actores, productores, directores y cantantes. Pero a un año de haber ganado la presidencia, la realidad de su gobierno ha restado apoyos. Apenas en diciembre pasado, Danny Glover se unió al activista Jesse Jackson para hacer pública la decepción de la comunidad afroamericana: “¿Qué opciones tenemos en los próximos cuatro años? Realmente ninguna. Quizás él tenga una cara diferente, y esa cara sucede que es negra pero daría lo mismo si fuera la cara de Hillary Clinton. No habrá cambios mientras no se transforme la estructura”.