Seguimos reconociendo después que mueren
jueves, 10 de diciembre de 2009 11:56 By Augusto Socìas
Los dominicanos continuamos con la vieja y trasnochada práctica de resaltar en su justo valor a nuestras figuras despu♪0s que desaparecen físicamente. Es un craso error que hace años debimos echar al azafacón.
Se evidencia nuevamente con la muerte de Luis Días, un investigador y promotor de nuestra música folklórica. Un prolífico compositor que escribió alrededor de 3,500 canciones, de las que le grabaron unas 800.
Dejó terminados tres libros y vaya paradoja, los había llevado a la Scertaría de Cultura, y ayer esa entidad anunció que los publicará.
Asimismo, cuando se presentó su homenaje en abril pasado en Bellas Artes, la asistencia fue floja, lo mismo que los patrocinadores. Alexis Casado, uno de sus amigos íntimos, organizador del espectáculo, lo montó prácticamente a mano limpia por la escasez de recursos.
Lamentablemente así somos muchos de los dominicanos que valoramos en su justa dimensión a nuestros valores cuando fallecen. Que no les rendimos el merecido tribudo en vida, ni apoyamos sus eventos, prefiriendo los protagonizados por extranjeros. Y es que la mayoría continúan con el complejo de Guacanagarix de que lo foráneo es mejor que lo criollo.
Además, los artistas no tienen una entidad que los defienda, que se preocupe por establecer un fondo de asitencia social para cuando muera alguien sin recursos. Amucaba hace años que ingresó al grupo de instituciones especies de entelequias, con escasa incidencia, sobre todo, por las cuestionadas actuaciones de muchos de sus dirigentes.
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