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Muchos jóvenes terminarán con problemas de audición. Esto así porque escuchan música a todo volumen tanto en discotecas como en liquore stores, colmadones, estacionamientos de centros comerciales, vehículos y en sus hogares.

De ahí que mucha gente proclama con razón que tendremos una generación de sordos. De acuerdo a entendidos en la materia quienes escuchan música a más de 80 decibles a corto, mediano o largo plazo, tendrán problemas de audición.

Lo peor del caso es la falta de conciencia de autoridades. Es frecuente ver a agentes policiales frente a jóvenes que escandalizan la vía pública, y éstos no son capaces de someterlos al orden. Asimismo, la Secretaría de Medio Ambiente debe destinar inspectores a fin de que se cumpla con la ley.

Otra cosa, hasta evangélicos gustan de hablar a todo volumen en sus iglesias y hay de quien le llame la atención. De inmediato lo califican de impío. En la urbanización Vista Bella, Santo Domingo Norte, por ejemplo, hay una iglesia cristiana que sus prédicas se escuchan a doscientos metros. Sus dirigentes tienen la falsa premisa de que mientras más alto hablen, más feligreses conseguirán. Craso error, con su actitud en vez de sumar, restan.