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Si bien es cierto que hemos avanzado en telecomunicaciones y otras áreas, continuamos encarando la falta de agua potable en numerosos barrios del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo. Es un viejo problema que distintos gobiernos han prometido solucionar, pero en vez de disminuir, se ha incrementado.

Y como no se puede vivir sin el preciado líquido los propietarios de camiones cisterna hacen su agosto todo el año. Los precios oscilan entre 550 y 900 pesos. Para personas pobres que no pueden comprar el camión, el agua les sale más cara adquiriéndola por tanque de 55 galones a 60 y 70 pesos.

La Corproación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd), vaya usted a ver, le vende agua a los camiones a precios cómodos contribuyendo a que los dueños de éstos se ganen entre 200 y 300 por ciento por camión.

Lo que debe hacer la Caasd es venderle a precios asequibles el agua a la gente de los barrios en vez de estimular el negociazo de los camiones cisterna. Pero como vivimos en permanente clientelismo, dicha institución continúa con el negocio.

La Caasd debe procurar corregir fugas en distintos sectores y trabajar para que llegue el preciado líquido a barrios cuyos residentes no ganan para comprar un camión cisterna cada 15 días.

Regidores, diputados y "comunitarios" se hacen sordos y ciegos ante la situación. Algunos legisladores como parte de su labor clientelista suministran agua gratis-más en estos momentos que están en campaña-a allegados de sus proyectos clientelistas.