El desastre de los conchos
viernes, 20 de noviembre de 2009 15:15 By Augusto Socìas
Pese a las reiteradas promesas de diferentes gobiernos, el transporte público del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo sigue de mal en peor, exceptuando el Metro. Los cidadanos que se despalzan en los carros del concho tienen que esperar que éstos se llenen para que despeguen. Es parte del atraso que nos arropa, aunque hemos avanzado en telecomunicaciones. Eso ocurre desde hace años sin que le importe un carajo a la Oficina Técnica de Transprote Terrestre(OTT), una entidad plaga de burócratas y politiqueros.
Y ni hablar de las voladoras que controlan en su mayoría dos "federaciones" que ldieran sendos empresarios que insisten en autocalificarse de "sindicalistas". Ambos han conseguido amasar fortunas millonarias a expensas, principalmente, de los pendejos contribuyentes porque distintas gestiones gubernamentales los han favorecido con exoneraciones de minibuses y gasoil subsidiado, pese al deficiente servicio que prestan a la ciudadanía. Han accedido a sus acciones chantagistas.
Respecto a la Autoridad Metroplitana del Transmporte (Amet), só funcionó bien mientras la dirigía el ingeniero Hamlet Herman. Después de éste la posición ha sido desempeñada por personas que no han puesto en práctica planes serios de organziar el caos imperante en el transporte público.
Los agentes de Amet solo son eficientes imponiendo sanciones. Esto así porque ens narices muchos conductores de "voladoras" cruzan semáforos en rojo, se estacionan donde les da la gana y raras veces son sometidos al orden.
Asimismo, en una actitud carente de lógica, con semáforos funcionando bien, en cualquier esquina improtante de la avenida 27 de Febrero, Rómulo Betancurt o Máximo Gómez, entre otras, se observan agentes de Amet dirigiendo el tráfico vehicular y originando entaponamientos cuando le concedes cinco minutos y más a los conductores que transitan por ejemplo, en la Máximo Gómez cuando lelgan a la esquina con 27 de Febrero para continuar hasta la Nicolás de Ovando.
En fin, el transporte público, repetimos, excepto el Metro de Santo Domingo, es un verdadero arroz con mango que ningún gobierno se ha interesado en solucionar. Paradógicamente, han dilapidado centenares de millones de pesos en exenciones de impuestos para que los "sindicalistas" sigan amsando fortuna e irrespetando a los pendejos usuarios y exponiendo sus vidas cuando muchos conductores de minibuses se desplazan de manera temeraria e irresponsable en diferentes rutas.
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