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Si bien es cierto que la delincuencia se ha incrementado notoriamente en los últimos años, que tenemos dos malditos códigos del Menor y Procesal Penal que protegan a los bandidos, hechos a su medida, preciso es señalar que la pena de muerte no está estabñlecida en nuestras leyes.

Decenas de ciudadanos han fallecido este y en años anteriores en lo que la Policía califica de intercambio de disparos. Recientemente fue ejecutado en la puerta de un hospital un joven que tenía un amplio historial delicitivo que incluye asesinatos.

Ahora bien, ¿por qué no lo apresaron y remitieron a la justicia en vez de quitarle la vida en presencia de sus familiares y personal del centro de salud..? En este país tenemos una institucionaloidad débil, y si bien es cierto que a diario se cometen atracos y asesinatos contra personas serias, es ncesario que la justicia y la Policía cumplan sus roles.

Si en algo estamos de acuerdo la mayoría de los ciudadanos en que se debe combatir el flagelo de la delincuencia y excluir de la justicia a aquellos miembros que cojen sus cuartos por la izquierda para redactar expedientes carentes de base a fin de que obtengan su libertad asesinos y vendedores de drogas.

Para que eso ocurra tiene que existir voluntad política, igual para combatir la corrupción galopante que nos arropa. Es poco lo que han hecho nuestros gobernantes para encarar el cáncer de la corrupción.

Tanto el Partido de la Liberación Dominicana como el Revolucionario Dominicano no se han preocupado por depurar sus filas. Es más, se han hecho ciegos y sordos con individuos que tienen historial delictivo y no los han expulsado de sus filas.

A nosotros que no nos vengan con el cuento de que fue hace poco que las cúpulas moradas y blancas se dieron cuenta que tenían en sus filas a personas vinculadas al narcotráfico y lavado de activos.

Las decisiones adoptadas por el PLD y el PRD impidiéndoles aspirar a regidores, síndicos, diputados y senadores a dterminados de sus miembros y limitarse a decir de manera irrresponsable que lo hacían por éstos estar vinculados al narcotráfico, no es más que un paño con pasta, como dice la gente dle pueblo.

Un diputado del PRD condenado por traficar con chinos fue condenado y guardó prisión-aunque poco más de un año-y vaya paradoja, el hombre fue el más votado de su provincia. Ahí la cúpula perredeísta se hizo de la vista gorda.

En el caso del senador Alejandro Williams, de San Pedro de Macorís, acusado por cuatro periodistas de perseguirlas porque se hicieron eco de que al hombre lo tenían en la mirilla por supuestamente violar leyes de Estados Unidos con uno de sus programas sociales, el PLD, hizo mutis por meses y fue ahora cuando el individuo se proponía aspirar nuevamente que lo sancionaron. Otro paño con pasta, al estilo perredeísta.

Asimismo, personas que ostentan millonarias fortunas que no pueden justificar pertenecen a ambos partidos y nada pasa porque se cantean en las campañas con millones.