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Entre comunicadores son escasos los amigos. Numerosos mediocres andan con su serrucho afilado en la smanos, fingen ser amigos para en cualquier momento cortar cabezas. Esa gentuza no desperidica oportunidad para "ganar" rayas tumbándole polvo a los jefes e indisponiendo compañeros que no le hacen coro en sus actitudes desleales. Se trata de verdaderos farsantes. Por suerte, el lambonismo es como un boomerang que cuando retorna le lleva la cabeza a quienes lo utilizan para ascender porque no tienen de donde agarrarse. Son personas que obtuvieron títulos de comunicadores con los famosos chivos o buscándosela con profesores... Esos individuos forman parte de la inversión de valores que nos arropa.