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Rubby Pérez abandonó el béisbol que era su pasión, luego que se accidentara en una motocicleta. Debido a las lesiones sufridas en una de sus piernas, le implnataron una prótesis. Más adelante dio sus pinitos en el canto en un coro cristiano, ingresando posteriormente a Los Juveniles de Baní, primera agrupación merenguera de la formó parte. De ahí pasó a la orquesta de Wilfrido Vargas con la que pegó varios temas, entre éstos Volveré y Dame veneno, que lo catapultaron a los primeros lugares aquí y en importantes mercados como los de Estados Unidos y Venezuela.