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Quienes asuman la dirección de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) tendrán que trabajar pa, para fortalecer la credibilidad de la entidad, erosionada por decisiones erróneas, como la de echar al zafacón lo acordado en una asamblea que escogió los nominados en el renglón Merengue de calle y decidir que fuera el público quien decidiera el ganador. Ocurre que el cambio se hizo el mismo día que la abogada Susy Pola publicó un artículo en el que exponía las razones por las cuales ella entiende no debió reconocerse a Omega. Acroarte al huir por la izquierda para no enfrentar a Pola y otras feministas, actuó de forma irresponsable, aunque algunos de los que se creen dueños del gremio pretendan tapar el sol con un dedo.

Los que señalamos pifias de Acroarte lo hacemos con el único interés de que no vuelvan a cometerse. Aunque errar es de humanos, hay metidas de pata inadmisibles. La sensatez aconseja autocriticarse en vez de intentar descalificar a quienes señalan errores.