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La crisis económica se siente en el negocio de espectáculos. Ultimamente se han caido bailes de bachateros y merengueros populares, aunque no haya trascendido y sus voceros insistan en que todo va "bien". Y es que como dice el refrán el honro no esté para galletitas, la crisis, como es lógico, se siente más entre las personas de clases media y baja, estratos que son los que asisten a bares y discotecas.

Porque frecuentemente algunos dspistados proclaman a lso cuatro vientos que no hay crisis en el espectáculo porque Enrique Iglesias llenó Altos de Chavón y viene Andrea Bocelli que es más cotizado que el primero. Falsa premisa porque quienes asisten a Chavón son ricos y gente de clase media alta. Esos mismos son los que van a los shows del teatro La Fiesta del hotel Jaragua, el Teatro Nacional, etc.

Respecto a los colmadones, ejemplo de los efectos de la crisis es la disminución de parroquianos y los especiales de bebidas con miras a que la gente vaya. Ahora bien, no hay peor ciego que el que no quiera ver.