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La mayoría de locutores y programadores de emisoras del país devengan sueldos míseros. De ahí que para nadie que tenga los pies sobre la tierra sea un secreto que a estos trabajadores les resulta cuesta arriba rechazar "regalos" de artistas y disqueros. Nosotros no criticamos a los que reciben sus pesos por difundir determinadas canciones, los que merecen irse al vertedero de Duquesa son aquellos que recurren al chantaje y la extorsión y que no difunden temas que no les lleguen "con grasa". Dueños de estaciones se hacen de la vista gorda frente al problema de la promoción de discos porque les pagan salarios con los que no cubren sus necesidades disc jockeys y directores.